Pese a las protesas y advertencias chinas contra la vista de Nancy Pelosi a Taiwán, finalmente los hizo, la presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos llegó a la isla, aunque días atrás, en medio de la tensión, la administración Biden había negado a la prensa la visita asegurando que la gira asiática comprendía sólo Singapur, Japón, Corea del Sur y Malasia.
El aterrizaje de la nave y la presencia de Pelosi fue transmitida por las principales cadenas internacionales en vivo. Es la visita de un político estadounidense de muy alto rango en los últimos 25 años. Días atrás incluso un medio estatal chino había sugerido que China derribaría el avión que lleva a Pelosi si se atreve a visitar Taiwán.
El presidente de China, Xi Jinping, en conversación telefónica con Biden el jueves dijo que “los que juegan con fuego se prenderán fuego a sí mismos”, aludiendo la injerencia estadounidense en los asuntos internos chinos.
Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, advirtió ayer que el Ejército de su país “no se quedará de brazos cruzados” si Pelosi visita la isla, y aseguró que ello “conduciría a un impacto político atroz”.
El portavoz había dicho el viernes que habría “contramedidas decididas” de la China si los Estados Unidos desafía las “líneas rojas”.
Como se sabe, China considera a Taiwán su territorio, por lo cual rechaza negociaciones con Taiwán ignorando al gobierno central chino por violar el principio de unidad china. Taiwán desde 1949 mantiene su propio gobierno como si fuese un país independiente.
Los Estados Unidos no reconoce a Taiwán como país pero mantiene relaciones con Taipéi.