... La maledicencia, la pequeñez, el rencor, los golpes bajos y la exaltación de la venganza de esta época.
Por: Andrés Hoyos
El hijo avivato de un expresidente revanchista y enceguecido por el odio entra a saco en la honra de un antiguo profesor, hoy enfermo, que tiene el descaro, habrase visto, de convocar a una marcha por la vida. Este profesor es un paniaguado, un tramposo, un vendido que sólo piensa en el vil dinero. Hombre, que mejor convoque a una marcha por la muerte y ahí vemos. Otro, un columnista, juega con el suicidio del hijo de un exguerrillero y se vale de la tragedia para hacer politiquería de la más baja estofa. Hasta merecido se lo tenía, ¿o acaso no causó víctimas en su momento? Al que medio se sale de la foto le inician un linchamiento por redes sociales. El profesor Moisés Wasserman lo sintetiza así: “Estamos en una orgía de antropofagia y nadie quiere quedarse sin pegar un buen mordisco”.