Rusia advirtió hoy que impugnará una resolución sobre Siria propuesta por países árabes en la Asamblea General de la ONU.

“El anteproyecto de resolución de la Asamblea General invade las prerrogativas del Consejo de Seguridad, lo cual se contradice con los planteamientos de la Carta de las Naciones Unidas”, señaló el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores en un comentario publicado este jueves en su web.

Por daños y perjuicios.

La compañía Monsanto recibirá por parte de su principal competir DuPont, una suma total de US$1 billón por daños y perjuicios.

DuPont anunció que apelará el fallo judicial ya que está “fuertemente en desacuerdo”.

Se trata de una batalla legal que comenzó en mayo de 2009 cuando Monsanto acusó a la subsidiaria de DuPont, Pioneer, de haber utilizado la tecnología Roundup Ready para encubrir los problemas de desarrollo de su producto Optimum® GAT® (OGAT).

“Si yo fuera iraní; tendría mucho miedo en las próximas doce semanas”, expresó el exjefe del Mosad, el servicio de secreto de Israel, Efraim Halevy, citado por el periódico New York Times.

Oficiales estadounidenses estiman que todavía hay un lapso de 18 meses hasta que el programa nuclear de la República Islámica llegue a una “fase crítica”; mientras que, al mismo tiempo, crece la preocupación en Washington por temor a que Israel decida lanzar un ataque militar independiente contra Irán.

Nagham Salman*

El conflicto sirio lleva meses ocupando las primeras páginas de la sección de internacional de los rotativos de todos los países, además de acaparar los noticieros televisivos y radiofónicos por lo que respecta a la política internacional (concepto que bien podría ser rebautizado como “política de las geoestrategias en conflicto”). En las televisiones árabes, los frecuentes y apasionados debates sobre la cuestión siria, incluso han acabado en alguna ocasión con agresiones verbales e incluso físicas entre los contertulios. Al día de hoy, muchos ciudadanos del mundo y de los países que lo forman, como muchos sirios, se preguntan a diario cómo un pequeño país de Oriente Próximo, con una población inferior a los veinte millones de habitantes y donde las diferentes confesiones religiosas han convivido pacíficamente bajo un gobierno laico, es desde hace más de un año el centro del mundo de forma ininterrumpida. Ese súbito protagonismo en la esfera internacional tiene sin duda una explicación. Muchos expertos y analistas internacionales vienen alertando desde hace meses que Siria es víctima de una guerra mundial localizada, y el concepto “Guerra fría” ha sido rescatado de los anales de la historia. Los dos bloques enfrentados serían, por una parte, Occidente y su núcleo duro anglosajón apoyado por las petromonarquías del Golfo Pérsico, con el sistema institucional de la ONU como brazo político y la OTAN como brazo militar. Y por otra, la mayoría de países pertenecientes a los BRICS y el Consejo de Shanghái, entre los que sobresalen Rusia y China, además de otros países que no se someten a las coacciones imperialistas estadounidenses. Entre estos últimos cabe destacar a Irán, Cuba y Venezuela.

Los rebeldes sirios afirman haber tomado el control de más de la mitad de la ciudad más grande del país, Alppo, tras días de enfrentamientos con las fuerzas del gobierno. El régimen del Presidente sirio Bashar al-Assad contradijo estas declaraciones al afirmar que ha obligado a los combatientes de la oposición a retirarse de posiciones clave.

Venezuela acaba de incorporarse al Mercosur, con lo cual esta agrupación de naciones, que forma una unión aduanera y tiene mercado común, no solo crece; también se fortalece al constituir un gran bloque económico con continuidad geográfica.

En el grupo, Venezuela posee enorme riqueza en hidrocarburos, y también Brasil. El Mercosur cuenta con todo lo necesario para desarrollarse bien: masa de población que asegura un mercado interno ampliado, riquezas naturales, cierto nivel de desarrollo industrial, agricultura desarrollada.