Flor popular multiplica un millón de veces el efecto de fármacos para la leucemia
Una muy pequeña flor común ofrece esperanza para el tratamiento de la leucemia, pues mejoraría los efectos de los fármacos contra esta enfermedad hasta en un millón de veces.
Una muy pequeña flor común ofrece esperanza para el tratamiento de la leucemia, pues mejoraría los efectos de los fármacos contra esta enfermedad hasta en un millón de veces.
El nombre científico de la flor es Gypsophila Paniculata, conocida en algunos lugares como “lluvia”, “flor de novia” o “velo de novia”. Por sus cualidades podría revolucionar el tratamiento de la leucemia y salvar miles de vidas, según un estudio desarrollado por científicos de la fundación Leukaemia Busters, en Southampton, Hampshire, Estados Unidos.
El principio activo de esta flor blanca son moléculas de saponinas, que desintegrarían la membrana de las células cancerosas, lo cual facilitaría la acción de los fármacos compuestos de anticuerpos llamados inmunotoxinas, para atacar a estas células cancerosas. La potencia de los fármacos se incrementaría en un millón de veces en los tratamientos contra la leucemia y los linfomas, pero también podría servir para muchas formas de cáncer, además, reduciría las dosis de inmunotoxinas que se emplea.
La fundación de caridad fue creada por David y Bee Flaven, cuyo hijo Simon pereció con una forma de leucemia infantil incurable a la edad de 10 años, en 1990. Su laboratorio de investigación se encuentra en el Hospital General de Southampton y los ensayos se realizaron en colaboración con científicos berlineses.
El próximo paso será aplicar los descubrimientos en laboratorio y diseñar un tratamiento para ensayos clínicos en pacientes, y si esto resulta exitoso, en tres o cinco años se podría contar con un tratamiento disponible, según explicó el doctor Flavell a la prensa, quien indicó que se necesitará dinero para lograr la meta.
Detalle de la menuda flor |
La fundación de caridad fue creada por David y Bee Flaven, cuyo hijo Simon pereció con una forma de leucemia infantil incurable a la edad de 10 años, en 1990. Su laboratorio de investigación se encuentra en el Hospital General de Southampton y los ensayos se realizaron en colaboración con científicos berlineses.
El próximo paso será aplicar los descubrimientos en laboratorio y diseñar un tratamiento para ensayos clínicos en pacientes, y si esto resulta exitoso, en tres o cinco años se podría contar con un tratamiento disponible, según explicó el doctor Flavell a la prensa, quien indicó que se necesitará dinero para lograr la meta.