Miedo a la oscuridad es común en niños y deben ser acompañados
Deben acompañarlo por un momento pero nunca llevarlo a dormir al cuarto de los papás
Monstruos que surgen de debajo de la cama o que aparecen detrás de la cortina apenas cierran los ojos para dormir, emergen en la imaginación de los niños a partir de los tres años. Esta situación que puede parecernos graciosa es el miedo a la oscuridad, muy común entre nuestros hijos, quienes quizá no puedan dormir y pidan hacerlo en la habitación con sus papás.
Deben acompañarlo por un momento pero nunca llevarlo a dormir al cuarto de los papás
Monstruos que surgen de debajo de la cama o que aparecen detrás de la cortina apenas cierran los ojos para dormir, emergen en la imaginación de los niños a partir de los tres años. Esta situación que puede parecernos graciosa es el miedo a la oscuridad, muy común entre nuestros hijos, quienes quizá no puedan dormir y pidan hacerlo en la habitación con sus papás.
Cuando este hecho ocurra, los padres deben acompañar por un momento a su hijo y nunca llevarlo a dormir con ellos, deben conversar y explicarles qué es un cuento y que los monstruos son personajes imaginarios, señaló la jefa del Departamento de Psicología del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”, Dra. Militza Álvarez.
En tal sentido dijo que por lo general los niños suelen relacionar la oscuridad a la soledad y al desamparo, lo que hace volar su imaginación y sospechar que dentro de su cuarto se esconden por ejemplo monstruos que ingresarán a través de la ventana o que surgirán de las sombras.
Una alternativa es colocar una luz tenue que quede encendida durante la noche para que el dormitorio no esté tan oscuro y hacerlo de manera intermitente, hasta que el niño ya no necesite esta ayuda, añadió.
Imaginación infantil
La Dra. Álvarez explicó que este fenómeno suele aparecer a partir de los tres años de edad, cuando empieza el desarrollo de la imaginación, y tiende a disminuir hacia los nueves años.
Agregó que este temor toma más fuerza después de que el niño ha escuchado algún cuento, ha visto una película o una imagen, o ha tenido una experiencia negativa. Normalmente los episodios de miedo aparecen a la hora de dormir, cuando el niño pide a sus padres que no le apaguen la luz. También se puede traducir en actitudes, como cuando el niño quiera alargar las horas del día y evitar todo lo relacionado a lo que significa “soñar” y “noche”.
Recomendaciones
Los padres deben evitar que sus hijos vean películas de terror o en las que la violencia sea el mayor argumento y que por ello consigan estimular aún más sus miedos o temores. Tampoco debe amenazar al niño con encerrarlo en su cuarto y apagarle la luz si es que se porta mal.
Trate de no realizar juegos u otras actividades que pongan nervioso a su hijo cuando se acerque la hora de ir a dormir, enfatizó Militza Álvarez.
Tenga en cuenta que en caso el niño se despierte llorando, asustado por alguna pesadilla, es preferible consolarlo sin encender la luz. Es mejor hacerlo en la oscuridad hablándole en forma tranquila y brindándole mimos hasta que se vuelva a dormir.
La especialista subrayó que si notamos que el miedo no es manejable o el niño sufre episodios que pueden constituirse en ataques de pánico, es conveniente acudir a un profesional de la salud mental para que brinde la orientación más adecuada para solucionar el problema.
Cabe indicar que el Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi” está ubicado en el Jr. Eloy Espinoza Saldaña 709 Urb. Palao San Martín de Porres.
En tal sentido dijo que por lo general los niños suelen relacionar la oscuridad a la soledad y al desamparo, lo que hace volar su imaginación y sospechar que dentro de su cuarto se esconden por ejemplo monstruos que ingresarán a través de la ventana o que surgirán de las sombras.
Una alternativa es colocar una luz tenue que quede encendida durante la noche para que el dormitorio no esté tan oscuro y hacerlo de manera intermitente, hasta que el niño ya no necesite esta ayuda, añadió.
Imaginación infantil
La Dra. Álvarez explicó que este fenómeno suele aparecer a partir de los tres años de edad, cuando empieza el desarrollo de la imaginación, y tiende a disminuir hacia los nueves años.
Agregó que este temor toma más fuerza después de que el niño ha escuchado algún cuento, ha visto una película o una imagen, o ha tenido una experiencia negativa. Normalmente los episodios de miedo aparecen a la hora de dormir, cuando el niño pide a sus padres que no le apaguen la luz. También se puede traducir en actitudes, como cuando el niño quiera alargar las horas del día y evitar todo lo relacionado a lo que significa “soñar” y “noche”.
Recomendaciones
Los padres deben evitar que sus hijos vean películas de terror o en las que la violencia sea el mayor argumento y que por ello consigan estimular aún más sus miedos o temores. Tampoco debe amenazar al niño con encerrarlo en su cuarto y apagarle la luz si es que se porta mal.
Trate de no realizar juegos u otras actividades que pongan nervioso a su hijo cuando se acerque la hora de ir a dormir, enfatizó Militza Álvarez.
Tenga en cuenta que en caso el niño se despierte llorando, asustado por alguna pesadilla, es preferible consolarlo sin encender la luz. Es mejor hacerlo en la oscuridad hablándole en forma tranquila y brindándole mimos hasta que se vuelva a dormir.
La especialista subrayó que si notamos que el miedo no es manejable o el niño sufre episodios que pueden constituirse en ataques de pánico, es conveniente acudir a un profesional de la salud mental para que brinde la orientación más adecuada para solucionar el problema.
Cabe indicar que el Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi” está ubicado en el Jr. Eloy Espinoza Saldaña 709 Urb. Palao San Martín de Porres.