Conductas evidentes en el hogar y en el colegio deben ser observadas para evitar casos de Bullying.

Miedo de ir al colegio,  cambio de humor, inclinación a la soledad y hasta conductas suicidas son parte del diagnóstico que presentan los niños víctimas de bullying en los diferentes centros escolares del país, afirmó el Dr. Horacio Vargas Murga, Director Ejecutivo de la Dirección Ejecutiva de Niños y Adolescentes del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”.

 

El especialista recomendó  propiciar la conversación con los hijos sobre el tema y no restarle importancia mostrándoles indiferencia. “Es muy importante hacerlos sentir que no están solos y comunicar a las autoridades del colegio sobre estos hechos”, dijo Horacio Vargas.

Sostuvo que la tarea en el hogar, por parte de los padres, deberá  incidir en la formación de su escala de valores  tales como la tolerancia, el respeto y la paciencia, a  la vez de promover las actividades socioculturales, las cuales permiten desarrollar habilidades positivas para solucionar conflictos pacíficamente.

Igualmente, en el interior de los centros educativos, profesores y Directores de los planteles deben poner especial interés ante los principales indicadores de conducta  tales como inasistencias, ganas de no estudiar, o actitudes de soledad, por parte de los infantes.    

El especialista explicó que el bullying o acoso escolar, es la agresión e intimidación entre escolares que actualmente están teniendo más repercusión y son conductas que suceden entre pares en  los ambientes escolares.

Expresó que este tipo de agresión genera una relación de dominio-sumisión entre uno o varios agresores, que de forma reiterada  insultan, golpean, rechazan, amenazan, chantajean, a otro compañero(a) -que es la víctima-, provocándole daño físico y/o mental.

Entre las agresiones que realiza el acosador se encuentran las agresiones directas como: peleas, amenazas con o sin armas, robos, ponen apodos e insultan, realizan bromas pesadas. Ejemplo de agresiones indirectas son la marginación y/o exclusión, difusión de rumores inciertos, hablar mal de los otros, ignorar a alguien, condicionar a otros para que dejen de hablar a otro compañero/a.    

Las víctimas de acoso escolar suelen desarrollar cuadros de estrés postraumáticos que con el tiempo ocasionan cambios permanentes en el comportamiento del niño, haciéndolo,  en la  edad adulta, vulnerable a otras formas de acoso y violencia.