Las líneas eléctricas aumentan el riesgo de Alzheimer
Un estudio realizado por la Universidad de Berna, Suiza, halló que las personas que viven cerca de las líneas de alta tensión presentan mayor riesgo de desarrollar el mal de Alzheimer.
Un estudio realizado por la Universidad de Berna, Suiza, halló que las personas que viven cerca de las líneas de alta tensión presentan mayor riesgo de desarrollar el mal de Alzheimer.
Este es el primer trabajo en el mundo que explícitamente aborda la cuestión de los campos magnéticos de líneas eléctricas y las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la esclerosis lateral amiotrófica.
El equipo estudió 9200 muertes ocurridas entre los años 2000 y 2005, entre las cuales observaron que 20 de los casos de Alzheimer ocurrieron en pacientes que vivían a menos de 50 metros de las líneas de alta tensión.
Según los investigadores, el riesgo se duplicó (en comparación con la población en general) cuando las personas vivían por lo menos 10 años en las inmediaciones de las líneas eléctricas.
La exposición de estas personas que desarrollaron el Alzheimer fue a emisiones de de 220 ó 380 kilovoltios de alta tensión a causa de la proximidad de sus viviendas con las líneas de alta tensión, según explican los científicos en este estudio publicado en la revista American Journal of Epidemiology.
Entre los que viven entre 50 y 200 metros de distancia no se encontró un mayor riesgo que los demás.
Estudios recientes de la Universidad de Zürich habían demostrado que la alta frecuencia y los campos electromagnéticos afectan la función cerebral en sujetos a los que se irradió ondas de 900 megahercios antes de acostarse, como las que emiten los teléfonos celulares.
En Suiza, las personas que viven a menos de 50 metros de distancia de las líneas de alta tensión es ínfimo, pero la correlación es evidente. No obstante, los científicos indicaron que, pese a haberse establecido el riesgo y que la alta tensión afecta al cerebro, todavía no se ha explicado con claridad la forma en que se producen estas degeneraciones en los tejidos.
El equipo estudió 9200 muertes ocurridas entre los años 2000 y 2005, entre las cuales observaron que 20 de los casos de Alzheimer ocurrieron en pacientes que vivían a menos de 50 metros de las líneas de alta tensión.
Según los investigadores, el riesgo se duplicó (en comparación con la población en general) cuando las personas vivían por lo menos 10 años en las inmediaciones de las líneas eléctricas.
La exposición de estas personas que desarrollaron el Alzheimer fue a emisiones de de 220 ó 380 kilovoltios de alta tensión a causa de la proximidad de sus viviendas con las líneas de alta tensión, según explican los científicos en este estudio publicado en la revista American Journal of Epidemiology.
Entre los que viven entre 50 y 200 metros de distancia no se encontró un mayor riesgo que los demás.
Estudios recientes de la Universidad de Zürich habían demostrado que la alta frecuencia y los campos electromagnéticos afectan la función cerebral en sujetos a los que se irradió ondas de 900 megahercios antes de acostarse, como las que emiten los teléfonos celulares.
En Suiza, las personas que viven a menos de 50 metros de distancia de las líneas de alta tensión es ínfimo, pero la correlación es evidente. No obstante, los científicos indicaron que, pese a haberse establecido el riesgo y que la alta tensión afecta al cerebro, todavía no se ha explicado con claridad la forma en que se producen estas degeneraciones en los tejidos.