La música y otras actividades agradables, como cocinar, son beneficiosas en las personas con demencia y tiene un potencial muy prometedor como terapia, según un nuevo estudio.
"Existe evidencia científica en la línea de que tenemos la música en zonas del cerebro diferentes de las del resto de recuerdos", ha señalado Javier Chirivella, el neuropsicólogo en el Centro de Rehabilitación Neurológica Fivan (España).
Existe evidencia científica en la línea de que tenemos la música en zonas del cerebro diferentes de las el resto de recuerdos", según indican los neuropsicólogos.
En la actualidad, los tratamientos para el Alzhéimer se basan en medicación combinada con estimulación cognitiva o rehabilitación. Sin embargo, la medicación no detiene la degeneración cerebral, sino que ayuda a combatir los síntomas asociados.
Aunque no se sabe a ciencia cierta si la música tiene el poder de rehabilitar a un paciente con Alzhéimer, sí que tiene un efecto notable sobre su estado emocional y conductual.
“Puede ser uno de los motivos por los que algunos pacientes con Alzhéimer conservan sus recuerdos musicales incluso en fases avanzadas de la enfermedad”, explica Chirivella.
Chirivella ha señalado que lo más importante para prevenir esta enfermedad es un diagnóstico temprano, "consultando con el médico de cabecera o acudiendo directamente al neurólogo", cita Hispantv.
La música tiene un efecto notable sobre el estado emocional y conductual en pacientes con Alzhéimer, según expertos.
En ese momento se realizará un diagnóstico diferencial con el apoyo de pruebas de neuroimagen, como una resonancia magnética o una tomografía por emisión de positrones (PET), y pruebas neuropsicológicas o test.
Esto ayuda a diferenciar "si se trata de una demencia, ya que el tratamiento es distinto al que se ofrecería, por ejemplo, en un caso de deterioro cognitivo relacionado con depresión", ha explicado Chirivella.
Por otro lado, también se puede diagnosticar la enfermedad antes de que aparezcan los primeros síntomas de deterioro cognitivo a través de la medición de ciertos biomarcadores o con técnicas de neuroimagen sofisticadas.
El Alzheimer es el tipo de demencia más común y suele tener lugar en edades avanzadas. Sus primeros síntomas son pérdidas de memoria y despistes que interfieren en el día a día, además de problemas para utilizar ciertas herramientas o para denominar objetos sencillos y cotidianos.
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