En el Perú es la primera institución que ha implantado la nueva generación de estimuladores medulares para la terapia contra el dolor. Está recomendado en casos de dolor crónico como espalda fallida, dolor discogénico, angina intratable, Síndrome doloroso regional complejo, neuralgia post herpética y otros tipos de dolor neuropático. Según Organización Mundial de la Salud (OMS) el 30% de la población mundial sufre de dolor crónico. Un padecimiento que ha dejado de ser considerado sólo un síntoma para ser calificado como una enfermedad y cuyo «tratamiento es un derecho humano.
La Clínica Anglo Americana, empresa privada líder en prestación de servicios de salud, se ha convertido en la primera institución en implantar la nueva generación de estimuladores medulares para la terapia contra el dolor, un novedoso dispositivo de última generación que está indicado principalmente en personas que han pasado por una cirugía de columna y mantienen un dolor de más de 6 meses posterior a la misma, en el caso de la espalda fallida, dolor discogénico, el producido por los discos intervertebrales no subsidiaros de tratamiento quirúrgico, síndrome doloroso regional complejo, angina de pecho intratable como causa de dolor vascular crónico, neuralgia post herpética y otros tipos de dolor neuropático.
Esta nueva generación de estimuladores mecdulares funciona mediante la administración de ligeros impulsos eléctricos que interrumpen la transmisión de las señales de dolor al cerebro pudiendo optar por una sensación de hormigueo que cubre las áreas específicas en las que se percibe el dolor o realizar un protocolo de alta frecuencia sin sensación alguna más que el efecto analgésico deseado. Además, este dispositivo puede almacenar información valiosa sobre el paciente y ser manipulado por el mismo paciente a través de Bluetooth con la finalidad de aumentar o disminuir la estimulación dependiendo de la intensidad del dolor.
“La terapia de neuroestimulación es uno de los tratamientos que se pueden realizar en pacientes que no responden a la terapia convencional, a través de tratamientos farmacológicos, intervencionistas de primera línea o terapia física. Si bien se considera una de las últimas líneas en el tratamiento del dolor; hay condiciones en las cuales se considera su uso precoz como en el síndrome doloroso regional complejo y fibrosis post quirúrgica o “espalda fallida”. Es poco invasiva, permite el uso de resonancia magnética y lo mejor es que permite al paciente probar la terapia durante la fase prueba y saber cuánto logra mejorar su dolor antes de realizar el implante definitivo del dispositivo. Es una terapia reversible que ayuda a mejorar la calidad de vida, además de tener un gran de costo- efectividad a largo plazo” - comentó el doctor Rodrigo Díez Tafur, especialista en Medicina del Dolor de la Clínica Anglo Americana.
La colocación de los implantes se realiza a través de un procedimiento ambulatorio que dura entre 1 a 3 horas bajo sedación y anestesia local procediendo a colocar los electrodos de forma percutánea a través de una aguja epidural que los posicionará en la parte posterior de la médula espinal. Luego de la calibración de parámetros, se coloca una batería externa y el paciente pasa entre 5 y 10 días con la terapia y controles periódicos. Si ésta es efectiva para el paciente. Se decide implantar de forma definitiva los electrodos y la batería; para lo cual, sumado a lo anterior, se realiza una pequeña incisión para formar un bolsillo debajo de la piel que sostiene la batería del neuroestimulador; que es donde se conectan los electrodos. Una vez colocados, se cierran las incisiones y se completa la cirugía.
Los implantes medulares de última generación miden 5,7 de altura y 4,7 cm de ancho, 0,9 cm de espesor, y un peso de 29 gramos siendo el más pequeño del mundo. La nueva versión duplica la duración de las baterías antiguas y simplifica la vida del paciente.