Por Isabel Peña Rodríguez*
No existe en ningún país del mundo en el que no exista violencia, se da en calles, hogares, colegios, universidades, etc.
Las personas pierden la vida por la violencia en todas sus formas. Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), la violencia es una de las principales causas de muerte en la población, la violencia es un componente ineludible de la condición humana.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, declara a la violencia como un importante problema de la salud pública que debe de estar en la agenda de todo Estado y la define como “el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o a un grupo o comunidad, en la que causa la muerte, lesiones daños psicológicos, trastornos del desarrollo”.
Otro concepto, según Webster, Douglas, de la violencia, es: “el comportamiento que puede causar daño a los demás, generar miedo a otras personas.”
La OMS establece que hay factores que implican a la violencia en un ser humano y quedan divididos en cuatro niveles:
- Nivel primero, factores biológicos; tiene que ver con las características personales, sociodemográficas, trastornos mentales de la personalidad, consumo de tóxicos y antecedentes del comportamientos agresivos o haber sufrido maltratos.
- Nivel segundo, tiene que ver con las relaciones más cercanas, familia, amigos(as) pareja, compañeros.
- Nivel tres, se exploran los contextos comunitarios en las que se desarrollan las relaciones sociales; se da en contextos comunitarios, en los que se desarrollan las relaciones sociales de los individuos, como las escuelas, instituciones, lugares de trabajo. Los factores sociales juegan un papel modulador en el desarrollo del ser humano y en la facilitación o inhibición de las manifestaciones violentas.
- Nivel cuatro, de carácter general que son relativos a la estructura de la sociedad y contribuyen a crear un clima en el que se alienta o inhibe la violencia.
Comportamiento violento y trastornos mentales
La violencia ha sido atribuida a las personas con enfermedad mental, pero también ha causado mucha controversia. Estudios realizados, aceptan que las personas con esquizofrenia, tienen mayor probabilidad de ser violentos, el consumo de tóxicos es el responsable del incremento de la conducta violenta. Las personas con trastornos de la personalidad, depresivos, bipolares, son más vulnerables a comportamientos violentos.
Entre los factores clínicos, el consumo de drogas como diagnóstico primario o secundario a otros trastornos mentales, de la personalidad, psicótico y afectivos son los más prevalecientes entre la población. La desesperanza, cambios en el estado emocional se correlacionan directamente con el comportamiento suicida, por ejemplo, violencia a sí mismo. A destacar que tanto el trastorno antisocial de la personalidad como el límite, muy prevalecientes en los entornos penitenciarios son los que se relacionan con el comportamiento suicida.
¿Qué hacer por la salud mental en las cárceles como política de Estado?
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