La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó ayer el empleo en pacientes hospitalizados con el coronavirus COVID-19, el remdesivir, fármaco producido por la empresa estadounidense Gilead, que fue propagandizado como la panacea.
El producto es un antiviral, y los conocedores ya sabían que como todo antiviral arrastra efectos secundarios potencialmente serios, en particular en el corazón y los riñones, pero insulsamente la prensa y médicos interesados exaltaban al remdesivir.
El precio del remdesivir, creado inicialmente contra el ébola contra el cual nunca funcionó, tiene un precio calculado por los expertos en unos US$ 10 dólares incluyendo un margen de ganancia, pero la codiciosa Gilead lo puso a US$ 3,200 para enriquecerse con la desgracia de la gente.
Un panel internacional de expertos de la OMS concluyó que no hay pruebas de que el medicamento reduzca la mortalidad en los casos más graves de COVID-19 o disminuya la necesidad de ventilación.
Los resultados, publicados en el British Medical Journal de la Asociación Médica Británica, se han obtenido tras analizar datos de cuatro ensayos con 7.000 pacientes hospitalizados con COVID-19.
El fármaco “no tiene efectos significativos en la mortalidad o en otros importantes indicadores en los pacientes, tales como la necesidad de ventilación mecánica o el tiempo de mejora clínica”, explican los expertos y aclararon que los resultados no indican que el remdesivir carezca de ciertos efectos beneficiosos para las personas enfermas, pero desaconsejan su uso ante el alto costo y los posibles daños a la salud que puede traer un fármaco que debe suministrarse por vía intravenosa.
Pese a todo, respaldan que los ensayos clínicos con este medicamento, algunos de ellos apoyados en su día por la OMS, sigan en grupos específicos de pacientes para continuar el acopio de evidencias sobre sus efectos.
Con todo descaro, asesores de salud del gobierno los Estados Unidos tienen conflicto de intereses, pues recomendaron el remdesivir y trabajaron o tratabajan directa o indirectamente con Gilead, la productora del fármaco.
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