Los matrimonios infelices son un factor de muerte prematura tan alto como el tabaco o la falta de ejercicio, en hombres menores de 50 años, según reveló un estudio israelí.
Las estadísticas dicen que uno de cada cinco matrimonios se termina en los primeros años de convivencia. Sin embargo, aquellos que logran sobrevivir, no siempre lo hacen felizmente. Y, a pesar de que la dinámica de la pareja no resulte siempre ser algo beneficioso, enriquecedor o satisfactorio para ambos, hay quienes se resisten a romper ese vínculo. Un estudio israelí, que acumula datos recogidos durante 32 años realizado en varones, porque el estudio era sobre comportamiento masculino, indica que ese es el problema precisamente.
"Lo que encontramos es realmente sorprendente. La insatisfacción entre los hombres con su matrimonio es un factor de riesgo de muerte, de una magnitud similar a fumar, o al de los hombres que no hacen ejercicio", dijo el doctor Shahar Lev-Ari, el investigador de salud pública que lidera el estudio de la Universidad de Tel Aviv.
Los investigadores revivieron décadas de datos de salud tomados de 10.000 hombres israelíes, a través de un estudio llevado a cabo por el centro académico superior de Tel Aviv que comenzó en 1965. Al comienzo de la investigación, entre otras preguntas, se les pidió a los participantes que clasificaran el éxito de su matrimonio en una escala del uno al cuatro.
"Revisando estos datos observamos que cuando somos más conscientes de los vínculos entre el bienestar psicológico y la salud física, encontramos que la satisfacción matrimonial al inicio del estudio era en realidad un factor predictivo de la muerte en general y de la muerte por accidentes cerebrovasculares", indicó el doctor Lev-Ari.
ATRIBUYEN EL 19 POR CIENTO DE LAS MUERTES MASCULINAS A LA INFELICIDAD
Los investigadores concluyeron que la miseria durante el matrimonio supone un riesgo peligrosamente alto, tanto es así que los que no estaban satisfechos con su matrimonio tenían un 19 por ciento más, en promedio, de probabilidades de morir, que otros hombres de su edad que estaban satisfechos.
Los accidentes cerebrovasculares mortales fueron un 69 por ciento más comunes entre aquellos que sintieron que tenían un matrimonio fallido, en comparación con aquellos que indicaron tener un matrimonio muy exitoso.
Los investigadores del estudio escribieron en el artículo: "Los resultados de nuestro estudio sugieren que la insatisfacción marital puede predecir un riesgo elevado de mortalidad por cualquier causa, en realidad".
"Yo no he hecho un estudio sobre el asunto, pero como terapeuta puedo decir que en mis muchas décadas de profesión veo a suficientes hombres no saludables cuyos matrimonios tampoco lo son", dijo a Sputnik el psicólogo Uri Schwartz.
El terapeuta sostuvo que el hecho de que el estudio de la Universidad de Tel Aviv "se haya centrado solo en hombres da una visión sesgada de la realidad general, pero es cierto que, empíricamente, las mujeres con matrimonios no felices que yo he tratado no acusan problemas de salud como los hombres".
TERAPIA DE PAREJA COMO CURA O PALIATIVO
El equipo de investigadores insiste en que el estudio sirve para demostrar a las autoridades de salud que deben comenzar a promover la terapia matrimonial como factor preventivo serio con el objetivo de que las personas se enfermen con menos frecuencia y vivan más tiempo.
"Esta investigación sugiere fuertemente que la satisfacción marital y la resiliencia marital es un tema que vale la pena ser tomado en cuenta para que las autoridades de salud pública inviertan, al igual que se invierte en prevenir el uso del tabaco y promover el ejercicio físico", dijo Lev-Ari. "Es importante señalar que hemos observado un mayor riesgo entre hombres relativamente jóvenes, menores de 50 años. En edades más altas, el riesgo es menor, tal vez por los procesos de ajuste que los compañeros de vida experimentan a lo largo del tiempo".
El estudio, publicado en el Journal of Clinica Medicine, revisado por pares, concluye que "los programas de educación marital para parejas deben implementarse como parte de las estrategias de promoción de la salud para la población en general", y el psicólogo Schwartz no puede estar más de acuerdo.
Sputnik)