Libros sí contienen apología del terrorismo
El peligro de que el gobierno decida contenidos a escondidas
La presentación televisiva del domingo de César Hildebrandt abordó el asunto de los libros escolares cuestionados por Mercedes Cabanillas y otras personalidades. ¿Se imaginan que la gente hable de un cometa visto en el cielo de la Patagonia y que salga un astrónomo a decir que no existe porque ha examinado el cielo de Suecia y que no ve nada?
Algo similar hizo Hildebrandt al presentar a público pasajes que no son los cuestionados. El libro señalado puede tener contenidos buenos, lo cual nadie ha censurado, sino aquellos que abiertamente inducen a error o constituyen apología del terrorismo.
Los párrafos censurados
Hildebrandt omitió los contenidos denunciados, como estos:
Se habla sobre los campesinos diciendo que el Gobierno “solo favorecía a las personas ricas de la capital y marginaba a los pobres del interior” y “los convocaron a unírseles en su lucha armada”. Y luego, también son visitados por el Ejército que les promete protegerlos, “pero luego arrestaron a varios pobladores sospechosos y se los llevaron sin decir a dónde ni qué les iban a hacer”.
¡Los terroristas luchan por un país mejor! Eso dice el libro cuando se presenta al personaje Juan, preocupado porque no sabe a quién apoyar. “La población podría irse al bando del PLAG a luchar por un país mejor (...) o podría plegarse al Gobierno, pero este es un ente distante cuyas promesas de ayuda tienen poca probabilidad de cumplirse”, indica el libro.
Terminada la explicación, el libro pregunta a los escolares de 16 ó 17 años: ¿Qué harías tú?, como si la acción terrorista fuese válida.
Después, con otra interrogante, se sugiere que la posición de PLAG es una “alternativa” cuando plantea:
–“Discutan con el resto de grupos de la clase cuál sería la mejor alternativa en un caso como este. Tomen en cuenta las repercusiones de la decisión de Juan para su familia, su pueblo y el país en general.”
Además, una foto con la hoz y el martillo dice: ¡FF. AA. y FF. PP. genocidas! Expertas en derrotas”, donde seguidamente se le pide al alumno que observe la imagen, señale a qué obedece el contenido y si está de acuerdo.
Definitivamente es un mensaje que justifica el terrorismo y denigra a las FF. AA. y al Estado.
Contenidos venenosos regado a escondidas
Además de estas y otras barbaridades*, es muy grave que el gobierno utilice estos textos de manera subrepticia: sólo se los entrega a los alumnos en el aula y luego se los pide, como denunció Canal 11 ayer, indicando que en el ministerio de Eduación se negaron a mostrarles los libros. De esta manera los padres no pueden saber qué están introduciendo en la mente de sus hijos.
Esta táctica también alienta la corrupción porque el gobierno tiene una partida para producción de libros gratuitos. ¿Cómo sabemos si el año que viene declaran que compraron nuevamente los libros cuando en realidad volverían a utilizar los del año pasado y mandarían a imprimir sólo una parte? Alguien podría estar robando el presupuesto. Y si esto no es así, en todo caso, la modalidad se presta a la corruptela.
Un libro tiene por objeto ser material de consulta primario para el escolar. ¿Cómo así se le prohíbe que lo lleve a su casa para que allí repase las lecciones? La única explicación es que quieren evitar que los padres vean lo que se enseña a sus hijos, lo cual constituye una peligrosa arma de manipulación y lavado cerebral.
El ejemplo español
En España se han desatado escándalos y fricciones entre padres de familia y el gobierno por los groseros contenidos del curso y libros de “Educación para la Ciudadanía”.
En esos textos, entre otros, se realiza apología de la homosexualidad y se enseña a los niños que aprendan que los matrimonios homosexuales son un tipo de familia. Uno de sus materiales es un cuento El amor en todos los colores, editado por Topka, recomendado para niños de cuatro a seis años, que muestra un dibujo de dos lesbianas en la cama y una niña que dice: “Mi familia es genial. Mi familia somos: Mamá, Mami, yo, y el amor de todos los colores… (mi) hogar genial nació cuando Mami conoció a Mamá”.
Otro contenido recomendado en el curso también muestra dibujos explícitos de dos hombres en pleno acto de sodomía.
Por lo menos, en España los padres conocen esos contenidos y luchan organizados por erradicarlos.
Es gravísimo que en el Perú una cúpula de caviares y oenegeros pretendan adueñarse de la conciencia de las futuras generaciones.
Urge que las asociaciones de padres de familia, políticos y la ciudadanía exijan que los libros sean entregados de manera definitiva a los escolares, de modo que los padres puedan controlar todos los contenidos que deseen. ¿Estamos esperando que suceda como en España y que una banda de oenegeros a sueldo impongan su perversión en las mentes en formación de los niños?
El gobierno está actuando de manera lenta en este asunto, esos libros deben ser erradicados cuanto antes y eliminados todos los contenidos prosubversivos y prochilenos con urgencia. Resulta raro que Agustín Haya de La Torre, responsable de la edición de estos textos, siga contento ahora con un nuevo cargo sin que él ni el Apra asuman su responsabilidad.
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* Ver: ¡Lavado cerebral a escolares promovido por Ministerio de Educación!