Como denunció ayer el dirigente de la CGTP, Mario Huamán, habría un complot no sólo para destruirlo, sino que desde Palacio se estarían gestando actos de violencia armada en contra de las protestas populares.
Plan para destruir las protestas y apoyar al gobierno
El ex presidiario, Aponte, también convoca a una movilización para el dos de octubre de este año, con el objeto de respaldar al gobierno y destruir las protestas próximas: “Aquellos que nos apoyen en la marcha tendrán oportunidad de trabajo, porque trabajo va a haber…”, les dice a sus seguidores.
Aponte también alecciona contra Toledo y Humala
Se oye a Aponte, asimismo, aleccionar a sus seguidores contra el ex presidente Alejandro Toledo y contra Ollanta Humala acusándolos de querer captar votos para las elecciones del año 2011: “quieren salir a las calles a joder, a incendiar la pradera para hacerle daño a nuestro país... No les interesa para nada el país, lo único que les interesa es ganar votos”, discursea.
Sujetos armados
En el audio se escucha a Aponte amenazar con abalear a la gente: “Miren, compañeros, nosotros no tenemos por qué temer a nada ni a nadie. No hay mejor batería que la nuestra en términos ideológicos y políticos, no hay mejor batería que la nuestra, compañeros. Y así, si alguien me trae 20 pistolas, yo tengo un arsenal, compañeros. Si alguien me trae 20 fusiles, yo tengo 200, y son 200 ideas que vamos a difundir para que las cosas salgan mejor, o sea, no nos dejemos intimidar, compañeros”.
¿Qué hay de cierto?
Las afirmaciones de Mario Huamán, pese a ser versiones del ex presidiario, no se pueden desdeñar, basta revisar los antecedentes apristas para tomar como nada despreciables las denuncias de Mario Huamán:
- Durante el primer gobierno aprista, en 1986, por una feliz casualidad, se detuvo al barco danés Pía Vesta, cargado de armas. Versiones confiables indicaban que se pretendía armar al comando Rodrigo Franco y a otros paramilitares apristas con armas con silenciador para formar escuadrones de la muerte progobiernistas.
- A pocos días de terminar su primer gobierno, el 9 de julio de 1990, el terrorista Víctor Polay y 47 militantes del MRTA fugaron del penal de "máxima seguridad" Miguel Castro Castro, por un túnel de 330 metros construido desde fuera del penal. La construcción tenía conexiones de agua y desagüe, instalaciones de servicios de alumbrado y un respiradero que facilitaba el trabajo operativo. Por la precisión del diseño del túnel, la policía supuso la participación de personal muy calificado, por lo que la ciudadanía especuló que el gobierno fue cómplice de la fuga.
- Como si fuese poco, dirigentes como Armando Villanueva del Campo se han pronunciado a favor de Víctor Polay en pleno segundo gobierno de García, sin ningún respeto por los peruanos, por el terror desatado por el MRTA, lo cual reaviva las sospechas sobre la fuga del túnel.
- Este año hay signos preocupantes: La congresista Juana Huancahari responsabiliza al ministro Alva Castro de la muerte de dos campesinos con armas fuego. Si no fue la policía, ¿quiénes eran los sujetos armados? ¿Eran paramilitares al servicio del gobierno? (ver: Huancahuari: Si tiene sangre en la cara, Alva Castro debe renunciar).
- Además, se ve la movilización de personas para apoyar a García en este gobierno. Recordemos que a poco de asumir su segundo mandato, se movilizó gente en varios ómnibus hasta la plaza de Armas para generar un psicocosial a favor de la pena de muerte, entre otras movilizaciones de personas pobres que estarían presionadas por la necesidad.
Resulta extraño, pues, que el gobierno esté recortando recursos a los sectores Educación, Salud y Defensa y que sea pródigo con cuestionables programas sociales que dicen ayudar a los pobres, donde falta transparencia y serían precisamente esos fondos los que se estarían empleando para movilizar a personas a favor del gobierno y en contra de los gremios y las protestas populares.
Para recordar la historia de violencia del Apra, se puede ver:
Violencia y muerte: escuela del Apra
Battle at Kruger: Reivindicando al búfalo
El “anticristo” del 23 de mayo de 1923