En una demostración más de su estrechez mental y de la poca estima que tiene por las personas que no son adineradas, la alcaldesa de Lima Susana Villarán encasilló a las mujeres del pujante distrito de San Juan de Lurigancho en un rol de lavanderas de casas de La Molina.
La boca la traiciona y deja ver su real naturaleza, donde hay ciudadanos de una clase alta, que viven en un distrito, y otros que están hechos para servir de tareas menores, como lavanderas, sin más aspiración.
Durante una entrevista televisiva con Mónica Delta se abordaba no el tema de las diferencias de clases, sino del transporte. Sin embargo, afloró la mentalidad de clase de Villarán y dijo que algunas de las beneficiadas serán las señoras de San Juan de Lurigancho que van hasta La Molina a “lavar” ropa.
“En San Juan de Lurigancho, las personas que van a La Molina a trabajar, las señoras que se van a lavar, ya no pasan 45 minutos de bajada ó 45 de regreso. Ahora solamente son 15 minutos hasta Manco Cápac. Entonces, eso significa más tiempo para ellas. Yo siento que va a irse reflejando en las encuestas. Siento que la situación está cambiando además”, dijo.
Sus afirmaciones causaron malestar en los vecinos de San Juan de Lurigancho, distrito que está superando la pobreza y la gente tiene aspiraciones a ocupar lugares destacados en la sociedad peruana, así hay empresarios, profesionales, técnicos que han alcanzado éxito gracias a su esfuerzo.
Pero Villarán parece pensar que unos han nacido para lavanderos y otros para ser servidos, según el distrito donde viven, lo cual resulta ofensivo para los vecinos de ese distrito, que ven día a día transformar su entorno hacia el progreso.
Tras las inevitables críticas de la ciudadanía a través de las redes sociales, que la consideran “racista y clasista” Villarán trató de borrar lo dicho y alega que la están malinterpretando, con lo cual una vez más trata de estúpidos a los limeños, pues sus frases fueron dichas con claridad y dejaron verla tal cual es: una persona de clase alta que juega la aventura de la política “izquierdista”, pero que no llega a engañar al ciudadano.
En esta mente puesta al descubierto como lo que es, que desprecia a “los de abajo” se entiende que Villarán intente el despojo de los huérfanos del Puericultorio Pérez Araníbar o el Hogar de la Madre para favorecer a los de “arriba”, las inmobiliarias (La Molina).
Este pensamiento de Villarán es una visión de condena: "tú has nacido para lavandera y nada más". Recordemos que el demonio condena, pero Dios da esperanza...
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