La disputa, cierta o aparente, entre el ministro del Interior, Remigio Hernani y el general Octavio Salazar, llegó a su fin después que éste último presentó su renuncia a la Dirección de la Policía Nacional (PNP) en Palacio de Gobierno.
Se acabó así el psicosocial que distraía inútilmente la atención de las noticias sobre corrupción. La renuncia, presentada esta mañana, espera la ratificación del Presidente.
El Presidente de la República, Alan García, es el único que puede aceptar la renuncia, hecho que todavía no ha sido comunicado. No obstante, se prevé que así será.
Mientras tanto, Salazar se encuentra en condición de disponibilidad dentro de la institución.
Salazar había convocado a una conferencia de prensa para el mediodía, pero ésta fue suspendida por orden del ministro del Interior, Remigio Hernani, medida que resulta saludable, pues sus desavenencias con el ministro desde el principio debían haber sido ventiladas en el interior de su institución, no en la prensa.
Desde antes de asumir su cargo, Hernani había criticado reiteradamente al general Salazar y llegó a pedir que ponga su cargo a disposición, hecho que motivó un pedido del presidente del Consejo de Ministros, Yehude Simon, de tratar esos asuntos de manera personal.
Pero Simon se dio cuenta de que había ahondado la crisis y después decidió respaldar a Hernani y señaló que Salazar debería renunciar si no resolvían sus diferencias.
La salida de Salazar se preveía desde ayer, cuando Hernani desactivó los planes “Protégeme”, creados por Salazar contra los asaltantes conocidos como los “marcas”. Hernani argumentó que esos planes no sirvieron.