General Donayre se ratifica en declaraciones


Diversos medios de prensa de la capital informan de la ratificación del general Edwin Donayre en los conceptos que expresó en una reunión privada y que se han difundido mediante un ya famoso video.



En esencia, lo que esclarece el general Donayre es que como soldado, y en el tenso contexto de los días de la presentación de la demanda peruana ante la Corte Internacional de La Haya, dijo lo que cualquier militar siente ante el peligro que para los peruanos representa Chile, país delincuente que ha invadido el Perú dos veces (1838-1839 y 1879-1883).

Dados los antecedentes del vecino del Sur, no es ninguna fantasía prever situaciones que pueden presentarse y lo que deberíamos hacer si las circunstancias se dan. Eso lo entendemos todos los peruanos y con mayor razón un militar peruano.

Repercusiones

Hoy 1 de diciembre de 2008 en primera plana y en grandes titulares, el diario limeño La República, al cual hemos criticado1, pone “Donayre en agonía / Sigue provocando a García”. Evidentemente, este medio de prensa busca enconar la situación entre el general Donayre y el presidente Alan García, pese a que La República misma reproduce una frase del militar: “Yo no respondo a órdenes de ninguna autoridad que no sea el Presidente de la República”, la cual en ninguna parte del mundo es señal de insubordinación. Pero, claro, no son esas palabras del general las que irritan a La República y a los que pusieron el monumento a Prat en la Escuela Naval sino éstas: “No me arrepiento en lo absoluto”.


En un país en el que Chile ha impuesto la censura y la autocensura respecto de cualquier cosa que resulte desagradable en Santiago, la frase “No me arrepiento en lo absoluto”, plena de dignidad, responde a la libertad de expresión que tiene toda persona, incluyendo un militar, y constituye una reafirmación conceptual muy clara: no quedan dudas de que el general Donayre, obligado a dirigir cartas de disculpa a Chile, encuentra ahora el momento de hacer respetar el uniforme que lleva puesto y subrayar su sentimiento patriótico. Por lo visto, el general Edwin Donayre no teme a las consecuencias o castigos que preparen contra él los sirvientes de Chile.

No debemos fomentar animadversión hacia Chile, pero tampoco podemos caer en la fantasía de creer que entre el Perú y Chile puede haber relaciones cordiales mientras continúa la usurpación de Arica y Tarapacá, que no quedó allí, sino que ahora  desconocen la soberanía peruana en casi cuatro hectáreas de Tacna y usurpan más de 37 mil kilómetros de mar. Los prochilenos y los mismos chilenos no asumirían el reto de realizar una encuesta y preguntar a la población peruana si el robo de Arica y Tarapacá es acción propia de un país enemigo o de un país fraterno. Que hagan la encuesta y verán que el 99,99% de peruanos2 considera que el despojo de Arica y Tarapacá que perpetró Chile es acción propia de un país enemigo, no de un país fraterno.

Este sentir de los peruanos es lo que reflejan las declaraciones del general peruano Edwin Donayre, quien ha puesto al gobierno aprista en una incómoda coyuntura: por un lado, el hecho de que el general se ratifique en sus declaraciones aumenta el enojo de los chilenos y de sus sirvientes locales al comprobar que hay militares peruanos con sentido de dignidad y patriotismo; por otro lado, si ante el pedido expreso de los chilenos el gobierno aprista destituye o pasa al retiro al militar peruano, estaría demostrando que cumple sumisamente las órdenes que vienen de Santiago.

Errores de apreciación

Más de un diplomático peruano ha señalado que el presidente Alan García se apresuró y anduvo literalmente desorientado al comunicarse con la señora Bachelet para rendirle cuentas sobre lo que había dicho Edwin Donayre; lo que correspondía era dejar el caso en manos del ministerio de Relaciones Exteriores, para que diese explicaciones —no disculpas— al gobierno de Chile3.

Como los chilenos vieron la incondicional actitud del presidente peruano, se sintieron ya con el “derecho” de pedirnos —ahora ya lo exigen— que se destituya al general peruano Edwin Donayre, un exceso que ni el mismo Alan García ha tolerado, al menos hasta el momento.

Que esto sirva para ver con claridad que las relaciones con Chile hay que mantenerlas en el nivel mínimo manejable. Nada de TLC disfrazado de Acuerdo de Complementación Económica, nada de vuelos de Lan, etc. Necesariamente debemos tener cautela y desconfianza del país que hasta ahora usufructua territorio y mar peruanos arrebatados por medio de las armas.
____________________

1 Leer: El caso del general Edwin Donayre

2 En el 00,01% están los que han puesto el monumento a Arturo Prat y la prensa mercenaria prochilena, que calla o critica todo lo que desagrada a Chile.

3 Eso sí, tomando en cuenta si Chile ha pedido disculpas al Perú por diversas declaraciones antiperuanas vertidas en Chile o por la venta de armas al Ecuador durante la guerra del Alto Cenepa o por el robo de Arica y Tarapacá. ¿Ha pedido disculpas?, ¿ha restituido lo que nos arrebató?