Se repite la desagradable costumbre de convertir en velatorio el Museo de la Nación, esta vez para los restos del cantante Pepe Vásquez, quien fallecíó ayer.
No se conocía mucho sobre este cantante, salvo en ambientes criollos. Su tema más difundido es uno extranjero que popularizó como suyo, “Jipi Jay”. Casi nada se sabía de él hasta que enfermó, entonces nos enteramos que también participaba en programas televisivos chabacanos y que compuso otros temas.
A raíz de su enfermedad pudimos conocerlo más peruanos. Sus amigos de la prensa promovieron que este cantante sea subvencionado por todos los peruanos, y le dieron una pensión de gracia. No obstante, nada o poco se hizo para gente más valiosa, como los excombatientes del Cenepa y de la guerra de 1941. Extraña manera de reconocer mérito a los peruanos. Lamentablemente, participar en programas que denigran a la mujer y escandalizan a los niños, como los de la "chola Chabuca", son un ejemplo para cierta prensa.
Ahora, gracias a la prensa chicha, tenemos que soportar otra vez que nuestro Museo de la Nación sea velatorio.
