Hernan de la Cruz EncisoEn su calidad de precandidato a las elecciones de 2016, Hernán de la Cruz  pronunció un discurso en el Congreso de los Pueblos, realizado en Arequipa, este 24 de enero.

A continuación el texto:

Estamos aquí… hemos venido desde todos los rincones porque nos une la esperanza del cambio para nuestro país.

 Hermanas y hermanos:

Vengo a sumarme… quiero ser una gota de agua más en ese mar que son todos ustedes. Solos no somos nada, por eso también hemos venido. Nuestro grito aislado, nuestra lucha solitaria solo envalentonará al enemigo. La gota de agua que somos cada uno de nosotros no es nada frente a la roca invulnerable que se creen la oligarquía y las transnacionales. Pero si nos cogemos de las manos y emprendemos juntos un largo camino hacia la victoria de los pueblos, la roca invulnerable será solo un montículo de barro. Por eso, hermanas y hermanos, no es tiempo de cálculos personales ni de discusiones bizantinas. No es tiempo de la dispersión y de la división. Es tiempo de la unidad para decirle a la oligarquía lumpen que su tiempo ha terminado, ¡su tiempo ha terminado!, y aquí empieza el tiempo de los pueblos.

A ver repitan conmigo: ¡Sí se puede! ¡Sí se puede! ¡Sí se puede!

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Dicen que el Perú ya está cerca del Primer Mundo. Dicen que en cuanto a crecimiento económico, somos la envidia de todos los países del planeta. Pero… nos preguntamos: si es verdad tanta maravilla, ¿por qué hay miseria en los pueblos a pesar de que nuestro país es uno de los países más ricos del mundo? Tenemos peces, petróleo, gas, oro, plata, cobre, agua dulce, madera, variedad de climas, tierras fértiles. ¿Por qué no hay trabajo para todos, solo cachuelos, y por qué se van del país todos los años más de 150 mil peruanos, sobre todo los jóvenes, si la potencialidad de nuestro país (dando valor agregado a las materias primas) alcanza para dar trabajo digno a más de 100 millones de personas? ¿Por qué miles de profesionales de primer nivel, para sobrevivir hacen taxi en las ciudades? ¿Por qué hay mendigos en las calles y niños vendedores de caramelos en los buses? ¿Por qué nos hemos consagrado en el último lugar en deportes, nutrición y educación? ¿Por qué la justicia es sólo para los que tienen dinero, y aquellos inocentes que no lo tienen deben pudrirse en las cárceles? ¿Por qué la corrupción generalizada en el aparato del Estado? ¿Por qué hay guerra del agua en casi todos los departamentos? ¿Por qué tanta delincuencia y las cárceles llenas de presos? ¿Por qué se persigue a los dirigentes con juicios? ¿Por qué estamos cada vez peor después de veinte años del mismo modelo económico? ¿Somos todavía dignos de llamarnos peruanos, o somos ya extraños en nuestra propia casa?

En nuestro país hay oportunidad para todos, menos para los peruanos. Durante la Colonia fue España la primera potencia económica del mundo gracias al oro peruano y la plata del Alto Perú. Nuestro guano fertilizó las tierras de Europa. El caucho, el salitre y la pesca llenaron los bolsillos de otros. El gas se está yendo del país como por un tubo mientras nosotros cocinamos con bosta. En el pasado varios países acumularon riqueza gracias a nuestros recursos y en la actualidad se vuelven ricos empresarios de Canadá, Estados Unidos, Israel, Suiza, China, Japón, Australia. ¿Por qué se persigue y se asfixia con impuestos antitécnicos a los emprendedores peruanos (boticas, grifos, tiendas, mineros artesanales, ganaderos, agricultores) y se premia con facilidades legales y tributarias a las transnacionales, a tal punto que muchas de ellas no pagan impuestos? ¿Por qué promoción y protección para los especuladores y persecución y abandono para las fuerzas productivas nativas, esas fuerzas que generan empleo masivo?

Y lo peor: hemos llegado a niveles muy peligrosos de dependencia. Para someter una persona o un país, la mejor herramienta es atarlo a la dependencia, con leyes primero, por costumbre después. Nuestra economía vive colgada del capricho de las potencias extranjeras y de los grandes especuladores. Tenemos la mayor parte de los climas del mundo, desde la orilla del mar hasta las cumbres más altas, pero no producimos ni siquiera la mitad de lo que comemos. Importamos el trigo, maíz amarillo, los lácteos, soya, carnes, mantequilla. Venimos de un pueblo donde hubo bonanza, pero hemos llegado a la situación de país menesteroso que sobrevive con la caridad de los países del Primer Mundo. Algo más: toda la tecnología que utilizamos viene de fuera: los bienes de consumo duraderos (refrigeradoras, televisores, celulares, muebles, lavadoras, radios, autos), las armas que utilizan nuestras Fuerzas Armadas (aviones, helicópteros, barcos, fusiles, tanques), los insumos para las actividades económicas (combustibles, lubricantes, materias primas para la agricultura y materias primas para la industria), los bienes de capital (equipos de transporte y maquinaria), los equipos necesarios para actividades económicas (tractores, máquinas para extraer mineral, camiones, ómnibus). Incluso zapatos, ropa, juguetes para mayores (celulares, autos, etcétera) y juguetes para niños, medicinas, espejitos. ¿Qué sabemos hacer? Nada. ¿Tan bajo hemos caído, a un simple satélite, cuando en el Tawantinsuyu fuimos el centro del universo latinoamericano? ¿Por qué no fabricamos aquí ni una aguja a pesar de que tenemos materias primas y creatividad, y más bien nos apuramos en entregar cerros de minerales a las mafias internacionales a precio de gallina flaca, minerales que al cabo de algún tiempo regresarán transformados costando miles de dólares? ¿Por qué nos peleamos entre peruanos (derecha contra izquierda) en guerras que no han hecho sino sangrarnos y dividirnos, y no nos damos un abrazo de unidad, forjando una Gran Nación?

Entonces es falso que estemos cerca del Primer Mundo. Tenemos un país quebrado, un país en crisis total, que teniéndolo todo, se ha convertido en un simple apéndice de otras naciones. No nos merecemos este destino. El Perú es un país secuestrado por las oligarquías y las trasnacionales, quienes controlan Palacio de Gobierno, el Congreso, la prensa, las fuerzas policiales, el Poder Judicial. Por todo eso, hermanas y hermanos, es tiempo de decirle a la oligarquía lumpen que su tiempo ha terminado, ¡su tiempo ha terminado!, y aquí empieza el tiempo de los pueblos.

A ver repitan conmigo: ¡Sí se puede! ¡Sí se puede! ¡Sí se puede!

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Tenemos que refundar el país. Le dimos al mundo el maíz y la papa como un acto de solidaridad con los seres de todo el orbe. Le dimos al mundo el ejemplo de organización social desde los ayllus. Esta fue una tierra donde prosperaron la vida y la armonía. Por eso, no buscamos la lucha de clases porque eso nos llevaría, como ya nos llevó, a un absurdo enfrentamiento de peruanos contra peruanos. No buscamos la lucha de razas porque eso también nos llevaría a la división del país. Buscamos la cooperación de clases, el abrazo de todos los peruanos alrededor de un Proyecto Histórico que nos encamine hacia el poderío continental, nada más y nada menos, porque para eso tenemos todo, desde el mar hasta la selva, y tenemos hombres y mujeres con corazones ardientes dispuestos a dar la vida por nuestra liberación, para el engrandecimiento de la Patria. Por último, no proponemos un país donde se imponga la cultura del odio y de la muerte. Proponemos un país de la sonrisa franca y de la vida plena, el país del Allin Kawsay, donde la coexistencia armónica sea el fin supremo de la sociedad.

A ver repitan conmigo: ¡Sí se puede! ¡Sí se puede! ¡Sí se puede!

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Hermanas y hermanos:

Toledo, Keiko Fujimori, Alan y Kuczynski ya cantan la victoria de la continuidad. ¿Cuál será nuestra respuesta? Hasta el momento respondimos con el grito aislado. Debemos pensar en una respuesta planificada.

En todo este tiempo hemos caminado a la defensiva, con miedo a participar en las elecciones. ¿Quiénes conocen los problemas de nuestros pueblos? Nosotros. ¿Quiénes conocen la solución a esos problemas? Nosotros. Y si nosotros conocemos la solución, entonces decidamos de una vez emprender el camino hacia Palacio de Gobierno.

Es cierto: no tenemos el dinero de los bancos para la campaña. Tampoco tenemos los medios de comunicación grandes que manipulan conciencias y han ensuciado con la mentira el aire que respiramos. Pero tenemos un corazón inmenso y puro para consagrarle a la Pachamama, y tenemos brazos y tenemos voluntad, pero sobre todo tenemos la VERDAD y la historia de nuestro lado. Ha llegado la hora de dividir dos tiempos históricos. Un pasado y un presente de humillación que debe quedar atrás, y un futuro de dignidad para nuestro pueblo. ¡Echemos al abismo de los tiempos, y para siempre, quinientos años de podredumbre! ¡Instauremos un gobierno que represente verdaderamente a los pueblos, un gobierno que mande obedeciendo!

¡Unidad hermanos! ¡Unidad! Y si no nos unimos, ¡que la Historia nos condene por Traición a la Patria!

Gracias por escucharme, hermanas y hermanos.


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https://www.youtube.com/watch?v=atHK2eBV5hM&feature=youtu.be