cesar hildebrandt 4El periodista señaló que en eventual gobierno de Keiko Fujimori podrían regresar los psicosociales para justificar un mayor autoritarismo.

El periodista César Hildebrandt consideró que la candidata presidencial de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, no es capaz de condenar los crímenes que ocurrieron durante el régimen de su padre Alberto Fujimori, y consideró que la agrupación ha tomado distancia de los personajes “históricos” del fujimorismo, como parte de una táctica electorera.

 

“El haberse librado del lastre más notorio es para hacer una pantomima. Martha Chávez se lo ha dicho de un modo malignamente inteligente. Se trata de que Keiko gane las elecciones. Todos los intentos son eso: intentos de maquillaje”, dijo en declaraciones a Ideeleradio, programa conducido por Glatzer Tuesta.

Hildebrandt cuestionó las adhesiones de Vladimiro Huaroc y Yeni Vilcatoma al fujimorismo, de cara a las elecciones de abril próximo.

“Como yo no me he graduado de tetudo, no le creo ni a Vilcatoma, cuyo figuretismo siempre me pareció de lo más sospechoso y, por supuesto, menos le creo al muy galán Vladimiro Huaroc; no le creí jamás ni lo que decía y ya verás próximamente algunas revelaciones en nuestro semanario”, indicó.

Asimismo, afirmó que es “indignante” que Keiko Fujimori aparezca primera en las encuestas de intención de voto, pues la hija de Alberto Fujimori “es la heredera neta y jamás desmentida de la década más infame que padeció el Perú”.

En otro momento, el director del semanario ‘Hildebrandt en sus Trece’, sostuvo que la corrupción regresará en un eventual gobierno de Keiko Fujimori. Además, podrían hacer uso de psicosociales para justificar un mayor autoritarismo.

“El fujimorismo piensa que las instituciones no valen, que la separación de poderes puede valerse en cualquier momento de una emergencia y que la democracia sin autoritarismo es una democracia liberal de tontos. Eso no va a cambiar, ojo, y eso que no estoy añadiendo el asunto de la corrupción, que no tengo dudas que regresará, porque Keiko no tiene autoridad moral alguna como para pararla”, señaló.

 


La República, 11.01.2016