Demostrando que la mafia fujimorista continúa practicando el engaño, mientras la candidata de la mafia de Alberto Fujimori, su hija Keiko, declara con frases contra la violencia, matones fujimoristas fueron lanzados contra pacíficos manifestantes que mostraban su repudio a la lacra fujimorista en Tacna.

contra keiko Tacna mar 2016

Cientos de tacneños se congregaron para manifestar su rechazo a la pretensión de la hija del exdictador de perpetuarse con su mafia en el poder y fueron atacados por matones fujimoristas, quienes les arrebataron sus pancartas alusivas a los crímenes, latrocinios y otros delitos perpetrados durante la década de la dictadura de Fujimori.

En su mayoría jóvenes, estaban manifestando su repudio en forma pacífica por la avenida Bolognesi, cuando fueron agredidos por la violencia fujimorista que no tolera discrepancias políticas.

Los hampones fujimoristas golpearon a los jóvenes y además de robarles sus pancartas los tildaban de terroristas (“terrucos”, les gritaban), evidenciando que el fujimorismo es el mismo y de llegar al poder prepararía una persecución contra todo ciudadano opositor catalogándolo de “terrorista”, como era la práctica del régimen delincuencial fujimorista.

Otro incidente ocurrió cuando los hampones fujimoristas trataron de robar el ataúd con el nombre de Keiko Fujimori, que los manifestantes se disponían a quemar y se armó una trifulca.

Así las cosas, la candidata de la mafia fujimorista debió salir este miércoles del hotel en que se alojaba en medio de la gresca, pues debía dirigirse a su mitin.

Algunos provocadores lanzaron huevos en el mitin, lo que nuevamente encendió los ánimos y los golpes, por lo cual la policía arremetió con gases lacrimógenos.

Keiko Fujimori Higuchi cusó a los manifestantes opositores de ser manipulados por el gobierno de Ollanta Humala.

Como se sabe, a todo lugar donde se presenta la candidata de la mafia fujimorista, recibe el rechazo de la ciudadanía, que le recuerda los crímenes y delitos de su padre, a quien ella acompañó en el poder en calidad de primera dama, posición que ocupó tras avalar las torturas a su madre, perpetradas por el dictador.