Pastel cabeza


Para algunos estas creaciones son producto de una mente retorcida que sólo produce sensaciones desagradables y escalofriantes; para otros, es sinónimo de admiración y de un talento particular y excepcional. Lo cierto es que no se puede negar el realismo y originalidad con las que están hechos.

Katherine Dey es una enfermera de 30 años que se ha dedicado a la pastelería, pero no la convencional, sino una que te puede quitar para siempre las ganas de comer un pastel por el resto de tu vida.

Los pasteles de esta enfermera tienen formas difíciles de definir, pues sus dulces creaciones tienen formas de cabezas de humanos bañados en sangre, cabezas de niños recién nacidos cortados en pedazos, cerebros recién extraídos... 

La primera de sus creaciones tuvo forma de tronco de árbol, que al parecer, no la convenció, pues al poco tiempo fue por más, lo que la llevó a inspirarse en partes humanas sangrientas y posteriormente incrementar su repertorio con formas de animales en estado de putrefacción.

“Me gusta hacer que las personas sientan que dos cosas son contradictorias al mismo tiempo”, dijo Katherine Dey.

La obsesión de esta neoyorquina la llevó a perfeccionar su técnica y a lograr pasteles con figuras de un realismo impresionante y fuera de serie, al punto de ser complicado intentar probarlos sin experimentar sensaciones desagradables, pero éste es el sentido, pues ella siente satisfacción cuando un pastel no se ve apetitoso aunque realmente lo sea.

“Llegar a esto no ha sido sencillo, pues tuve que trabajar duro para que cada diseño resulte a la perfección sin destruirse, pero lo mejor de todo es que siempre logre generar cierta reacción (buena o mala) en las personas que ven o comen los pasteles”.

Las imágenes se han convertido en viral en internet.

 

KATHERINE DEY