soldados marchanLa empresa chilena CENCOSUD paga apenas 460 000 soles mensuales por el alquiler de 116 000 metros cuadrados de propiedad del Ejército del Perú. Y se niega a negociar.

El Ejército Peruano quiere dejar el papel de mendigo frente a la transnacional chilena Cencosud y pien­sa iniciar “acciones legales” para recuperar un terreno de 116,500 metros cuadrados, hoy ocupado por el centro comercial Plaza Lima Sur y por el que la empre­sa chilena abona, en promedio, la irrisoria suma de 460 mil soles mensuales. El último 16 de agosto una nueva auditoría estimó que la empresa habría dejado de pagar aproximadamente 70 000 000  de soles a la institución.

Tres años atrás la institución castrense ya había renegociado las condiciones de arriendo con la empresa, pero en el último tramo las conversaciones se quebraron. “La única acción legal que le que­da al Estado es ir al arbitraje de derecho, ya que así está pactado en el contrato original. Pero si desde el Ejército van a manejar el arbitraje como manejaron la parte final de la negociación de hace tres años, lo van a perder y van a terminar trasquilados”, advierte el abogado constitucionalista Aníbal Quiroga, quien ase­soró al Ejército de 2012 a 2013.

Dispararse a los pies

En 1998 el Ejército Peruano al­quiló el terreno del antiguo Bazar Central a la empresa Supermercados Metro, del Grupo E. Wong. El contrato fue renegociado en 2005 por el General Otto Guibovich, entonces cabeza del Comité de Negociación. En esa fecha se acordó que la empresa pagaría un arriendo de 70,000 dólares mensuales, más el 1,75% de las ventas de Metro, más el 13% de las ventas que se produjeran en las tiendas del centro comercial. Mensualmente, el Ejército recibía un aproximado de 460,000 soles.

Poco tiempo después de aquella renegociación, Cencosud adquirió el Grupo Wong. Los chilenos se ins­talaron así en el terreno del Ejército que, en aquel momento, comen­zaba a revalorizarse exponencialmente con el boom inmobiliario.

La trasnacional empezó a suba­rrendar el terreno a tiendas de ropa, multicines y estacionamientos. A mediados de 2012, el general Ri­cardo Moncada, entonces Comandante General del Ejército, convocó al general Leónidas Dupont para que organice un equipo negociador y tratara de sentar en la mesa a la empresa. Dupont ya había encon­trado serias deficiencias en las ne­gociaciones que hizo Guibovich con la empresa el año 2004 y conocía el valor real del predio.

Convencido de que la división de asesoría legal del Ejército no estaba preparada para enfrentar a Cenco­sud, propuso formar un equipo de especialistas externos, entre los que se encontraban los abogados Aníbal Quiroga, Shoschana Zusman, y los asesores comerciales Daniel Abusa­da y Gonzalo Ansola. “Encontramos el pago de Cencosud al Ejército en casi 460,000 soles mensuales. Ade­más pagaban fuera de plazo y con un cálculo sin actualizar sobre lo que correspondía al porcentaje de las ventas de Metro, datos que jamás entregaron de modo eficaz”, recuerda Aníbal Quiroga, consul­tado por este semanario.

Sentar a la mesa a los de Cen­cosud no fue tarea fácil. “Cencosud hacía caso nulo a nuestros llamados para renegociar el contrato. Así que tuvimos que hacer una artimaña para que acepten. En el contrato estaba estipulado que el depósito por el alquiler tenían que hacerlo en una determinada fecha y si se pasaban un solo día eso significaba la resolución del contrato. En una oportunidad Cencosud efectuó el depósito un martes cuando debió haberlo hecho el día anterior, un lunes. Les mandamos una carta notarial haciéndoles notar la falta. Pero nosotros queríamos negociar mejores condiciones. Lo único que le quedó a Cencosud fue entrar a esa negociación”, apunta un exmiem­bro del Ejército que estuvo presente en la mesa de diálogo.

Casi un año después de esa pri­mera reunión, en abril de 2013, las partes llegaron a un acuerdo bas­tante favorable para el bolsillo del Ejército. “En el memorándum de entendimiento que logramos que se firmara por escritura pública, se consiguió que aceptaran un acuerdo a 45 años, por el que los primeros 15 años, y de inmediato, pagarían 1 600 000 soles mensuales; los se­gundos 15 años, 2'000 000 de soles; y los últimos 15 años, 2 500,000 soles, que casi era un millón de dólares de esa fecha. Además se pactó que una institución externa e imparcial tipo Ernst & Young, o similar, auditaría trimestralmente las ventas de Plaza Lima Sur y que Cencosud pagaría ese costo”, explica Quiroga.

Incluso el equipo negociador había exigido una suma por con­cepto de indemnización que la trasnacional chilena tuvo que aceptar a regañadientes. “Eso no estaba en mi contrato, ni en mi mandato. Fue algo qué saqué debajo de la manga, diciéndoles que los generales es­taban muy molestos con ellos por todo el maltrato contractual, Inicialmente se les pidió 12'000 000 de soles de indemnización. Final­mente llegamos a un acuerdo de 6'000 000 de soles que, efectivamente, Cencosud pagó al Ejército Peruano En total, sumado el lGV, el Ejército recibió a la firma del acuerdo poco más de 12'000 000 de soles por los tres primeros meses de nueva renta y la indemnización”, añade Quiroga, que dio un paso al costado en las negociaciones cuando el Ejército no le reconoció el bono de gratificación por haber conseguido ese dinero.

Todos los acuerdos quedaron plasmados en un Memorándum de Entendimiento de abril de 2013. El documento, sin embargo, con­templaba una cláusula que iba a ser fatal para las pretensiones castrenses. “Uno de los acuerdos a los que habíamos llegado era el de firmar el contrato final en los 180 días posteriores al Memorándum. Justo en ese momento, el Ministerio de Defensa preparaba una ley que señalaba que los contratos por derecho de superficie podían tener una extensión máxima de 30 años. El contrato con Cencosud contem­plaba 45. Le dijimos al ministerio que si esa ley no había salido aún, apuraran la firma de la resolución ministerial para que salga. Yo no entendía por qué en Defensa esto demoraba”, comenta un oficial pre­sente en las negociaciones. Según fuentes del Ejército, la resolución ministerial que refrendaba el con­trato se aprobó en noviembre de 2014, cuando el plazo ya se había vencido. A partir de esa fecha, Cencosud hizo borrón y cuenta nueva y no volvió a contestar el teléfono.

“El tema recae en el jefe de comando logístico del Ejército, el general Óscar Reto, que retoma el tema de Cencosud. Durante el tiempo que él ha estado, se debió culminar la firma del contrato. Yo no entiendo hasta ahora cuál es el motivo por el que esto no se plas­mó en un contrato final. Incluso el lapso se había ampliado a 120 días más y el general Reto no movió un dedo para que se resuelva”, apunta un general en retiro que prefirió el anonimato.

Julio Rospigliosi

Los hicieron cholitos

Los rateros chilenos humillantemente enseñan a los militares peruanos que la derrota es para siempre, los estafan y les demuestran que Chile tiene derechos en las propiedadesde la Fuerza Armada del Perú; encima les exigen que vayan a las reuniones 2+2 para que sigan aceptando con la cabeza agachada el robo del triángulo terrestre de Tacna.

Para terminar esta vergüenza, es urgente que los militares recuperen Arica y Tarapacá porque ya se han dado las condicionesque para ese fin señaló el congresista Daniel Abugattás.

[Nota de Con nuestro Perú.]

 

Hildebrandt en sus trece, Lima 19-08-2016

 

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