La toma de la embajada de Japón en Lima, en diciembre de 1996, fue posible para los terroristas por la negligencia grave del gobierno del exdictador Alberto Fujimori, quien en dupla con Vladimiro Montesinos utilizaron el que fue Servicio de Inteligencia Nacional para espiar a la ciudadanía opositora con fines de extorsión y hasta asesinato.
En esta total distracción de los recursos del Estado, que se destinaban a la persecución de cualquier peruano que manifestaba su desacuerdo con la dictadura, la seguridad fue descuidada, hecho que fue aprovechado por los terroristas del MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru) para la toma de la embajada.
El MRTA empleó una estrategia viejísima, por tanto, fácil de prever. Se trata de ubicarse en un predio contiguo al lugar elegido para ser asaltado, para desde allí ingresar en forma subrepticia o violenta a perpetrar sus delitos. En todo el mundo esta estrategia es conocida por policías y militares, pues en unos casos los terroristas o delincuentes abren un forado en forma silenciosa y paulatina, y en otros casos destruyen la pared con explosivos, como sucedió con el MRTA para abrirse paso a la embajada.
Los mermeleros y su información interesada y sesgada
Ahora el plan está muy claro, la gran prensa, donde están enquistados los mermeleros más destacados, dedicó amplísima difusión al rescate de los rehenes de la embajada, realizado el 22 de abril de 1997, en una cobertura que causó hastío: mañana, tarde, noche, usando todos los medios, todos los tiempos y espacios posibles.
Resulta claro que la información que difundieron estos medios fue sesgada e interesada, pues ninguno de ellos dijo la verdad sobre el descuido de la seguridad de la embajada de Japón, culpa de Fujimori, todo fue exaltación de este delincuente, que hoy purga prisión dorada por sus asesinatos y latrocinios.
Además de lavar el cerebro con esta información a los adolescentes y jóvenes que no vivieron la dictadura, y que votarán en las próximas elecciones, este copamiento de la información ocultando parte de la verdad cumplía el rol de ser el preludio de la campaña para exigir la liberación de Fujimori, que comenzó pocos días después de la cobertura del aniversario del rescate.
Desde entonces los mermeleros o delincuentes que hacen de periodistas en la prensa no cesan de atormentar a los lectores con portadas, titulares, columnas, reportajes y mil y una formas de ocuparse de la libertad de Alberto Fujimori, siguiendo los deseos de dicho cabecilla, sin siquiera mencionar el pago de los millones de reparación civil y los US$6,000 millones robados por el cabecilla de la banda delincuencial fujimorista al Estado, que deberían regresar al erario nacional.
Finalmente, el mérito del rescate no es de Fujimori, sino de los militares que participaron en la operación. Gráfico: http://nuestraposicion.blogspot.pe/2012/06/basta-de-periodistas-de-alquiler.html
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