► Festejan así la entrega de 100 000 m2 en la frontera
► Chile desea recordar a todos los peruanos que esa bandera flameó en Lima tres años durante la invasión
► Presumen de tener más derecho que los peruanos a tierras agrícolas peruanas
En momentos de grave peligro de una nueva pérdida territorial ante el enemigo chileno, acabamos de ver que, tras una pausa de dos años, militares chilenos (incluyendo los infames rateros de la armada chilena) han participado en la parada militar desfilando para subrayar su condición de vencedores y al mismo tiempo —al hacer flamear una vez más en Lima su bandera victoriosa— para enseñar a los perdedores que su obligación es respetar los robos territoriales de Chile.
Es lamentable que el presidente Kuczynski y los jefes militares peruanos hayan perdido cualquier residuo de dignidad y apreciación de la realidad, lo que los ha llevado a invitar a los ladrones chilenos para que desfilen, pese a que la fuerza armada de Chile, bajo amenaza de muerte, ha prohibido a los militares peruanos entrar en el triángulo terrestre de Tacna, amenaza que ha surtido efecto, pues la usurpación chilena continúa y los militares peruanos no se atreven a izar el pabellón nacional en el punto Concordia, señalado en el tratado de límites de 1929.
Además de eso, y también por amenaza de acción militar y por otros medios, los chilenos han logrado que el gobierno peruano y el Comando Conjunto acepten entregar a Chile un enclave de 100 000 m2 en la franja de la que están excluidos los extranjeros según el artículo 71.o de la Constitución.
Es muy claro para todos que Chile ve al Perú como un botín permanente, de manera que por la inefectividad militar del Perú se ha apoderado de las mejores tierras agrícolas peruanas con lo que en su propio país quedan fuera de juego los agricultores peruanos, ha obligado a venderles electricidad (endeudándonos para tal efecto), controla las cuotas de pesca del Perú y domina los cielos peruanos sin ninguna reciprocidad (que, además, es imposible).
Si frente a Chile los militares peruanos son históricamente perdedores y como tales homenajean la estatua del ladronzuelo chileno Arturo Prat Chacón, deben entender que estar cediendo una y otra vez (entrega del triángulo terrestre y el enclave de 100 mil m2) solo alimenta la ambición del enemigo chileno, el cual, obviamente, como vencedor, demuestra no tener el menor respeto por los vencidos y los somete cada vez a presiones que están destruyendo la autoestima de los afectados.
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