Por Rocío Ferrel
Hoy varios se rasgan las vestiduras por el hecho de que el ministerio de Cultura haya financiado a una película de apología al esperpento comunista Hugo Blanco, quien además de ser asesino más brilló como payaso que como intelectual.
Igualmente, se ha dado dinero para producciones de apología a la homosexualidad y así continuarán las cosas. La producción de apología a Hugo Blanco costó al Estado S/. 119 mil.
El problema radica en quiénes son los burócratas de turno que se enquistan en el ministerio de Cultura, donde hasta el sujeto de baja estofa alias Swing tuvo contrato para dictar charlas a profesionales. Pero no es el único caso de derroche del Estado en individuos que nada tienen que hacer con la cultura, como cuando el ministro chicha Salvador del Solar pidió cargar al Estado una pensión para el “Gordo Casaretto”, quien en su vida se dedicó a destruir la educación difundiendo chistes vulgares.
Priorización de recursos
Dicho ministerio tiene como más importante tarea la de preservación del patrimonio arqueológico y lo tiene muy descuidado, en parte por incapacidad, pues hay arqueólogos a los que les parece normal que hay mafias de tráfico arqueológico y no realicen denuncias a la Fiscalía y en parte por falta de recursos.
Cada vez que se atenta contra el patrimonio arqueológico alegan que no hay suficientes recursos, pero vemos que para despropósitos como Swing y financiar basura en el cine sí lo hay.
El Congreso debería pedir la reorganización del ministerio de Cultura. Si se trata de producciones audiovisuales, los concursos sólo deberían financiar documentales históricos, geográficos o científicos, donde la calificación es más objetiva, pues en la Babilonia del cine libre caben todas las idelologías que nada tienen que hacer con la cultura. Si quieren producir basura deben hacerlo con su dinero y no con el del Estado.
Además, los audiovisuales no tienen por qué ser la actividad más favorecida. Antes que el cine debería favorecerse a la producción de libros de calidad.
Esto ya se veía desde la aprobación de la Ley del Cine, impulsada interesadamente por el actor Salvador del Solar, en conflicto de intereses, aprovechando su cargo de ministro, Esta funesta ley fue promovida desde el año 2017, cuando Salvador del Solar era ministro de Cultura del gabinete del expresidente Pedro Pablo Kuczynski.
Muy tarde para lamentarse por parte de las voces que ahora se espantan, a tiempo debieron haber contribuido a frenar la Ley del Cine.
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