Ya son demasiados los problemas que a diarios se observan en el proceso de vacunación contra el coronavirus COVID-19 en diferentes ciudades del país, los cuales evidencian debilidad de gestión del ministerio de Salud (Minsa).
Estamos en una guerra contra la pandemia y resulta más que notorio que el Minsa y el sistema de salud en general se ha visto rebasado para cumplir a cabalidad con la atención que los ciudadanos se merecen, pues las carencias afloran por todas partes:
- Falta de camas UCI
- Falta de camas no UCI
- Deficiencias múltiples en la atención en postas, centros de salud y hospitales
- Falta de oxígeno
- Incapacidad para contratar las plantas de oxígeno y mentira del ministro de Salud en culpar a la UNI del atraso en la entrega, pues en lugar de desembolsarles el dinero los primeros días de noviembre, dicha universidad pudo disponer del primer pago el 24 de enero de este año
- Incapacidad para cumplir con vacunar a todo el personal de salud, que hasta ahora reclama, como los internos, además de los trabajadores expuestos, como los de limpieza.
- Desorden en los centros de vacunación, donde ocurren aglomeraciones, largas colas, denuncias de no haber vacunado, además de maltrato a los ancianos, que pasan frío en la intemperie y el ambiente está lleno de quejas y hasta llanto.
- Carencia persistente todavía en ciertos lugares de vestimenta de protección para el personal de salud.
- Etc.
En este panorama llama la atención la falta de reacción del gobierno, pues es más que evidente que la gestión del sistema de salud no da para más.
En los Estados Unidos se realiza una exitosa campaña de vacunación y el presidente Donald Trumpo colocó al mando a las Fuerzas Armadas.
En el Perú el mejor sistema logístico lo tienen las FF. AA. y deberían encargarse de dirigir toda la logística de vacunación, incluyendo las comunicaciones al público que sean necesarias, pues también en eso es deficiente el Minsa.
Se tiene el personal y la capacidad, ¿por qué no emplear este potencial para ayudar a un endeble Minsa?
