Francisco Tudela es miembro del equipo técnico fujimorista que propala que Pedro Castillo buscaría reelegirse y enquistarse en el poder, pero no quiere mencionar que él respaldó la fraudulenta triple reeleción del delincuente Alberto Fujimori.
Los adornos en la cabeza le caen muy a tono a Tudela.
No sólo bailaba al ritmo de las canciones de campaña con el cabecilla de la organización criminal fujimorista, sino que fue parte de la bancada fujimorista que avaló la “interpretación auténtica” de la Constitución para torcer su significado y hacer creer en una tercera reelección consecutiva, como si esta estuviese ajustada a lo dispuesto constitucionalmente.
Otra perla de este sujeto cuando era congresista es haber avalado los crímenes del Grupo Colina respaldando el indulto a dichos asesinos.
Kenji Fujimori advirtió que el fujimorismo busca perpetuarse en el poder
Pero recoremos también que el propio Kenji Fujimori habló muy sinceramente y advirtió que el fujimorismo busca perpetuarse en el poder.
Poco después de que la jefa de Fuerza Popular defenestrara y destruyera políticamente a su hermano Kenji, en una trampa que ella dirigió, Kenji, en declaraciones registradas en un video, manifestó lo que había detrás de todo: “Eso no es una lucha contra la corrupción, sino esta es una lucha por el poder. Lo que busca Fuerza Popular es perpetuarse en el poder; eso es lo que está ocurriendo.”
En otras declaraciones denunció que lo que hacía Keiko era algo nauseabundo y que se estaba implantando una dictadura parlamentaria.
Los hechos confirman la veracidad de sus palabras: Keiko Fujimori, con el dominio total del Congreso, buscaba todo el poder, lo que se demuestra por el hecho de que un Pablo Kuczynski golpeado, amenazado y a la defensiva le permitiera colocar, por ejemplo, gente de su preferencia en el Tribunal Constitucional y el Banco Central de Reserva. Y como las cosas empezaban por poner orden en la casa (el partido), Keiko no toleró algunas manifestaciones de independencia del hermano y le irritaba, sobre todo, que él, ya en un plano familiar y humano, intentara lograr la libertad de su padre Alberto, a lo que ella se oponía porque deseaba transmitir una imagen de persona implacable, que “no se casa con nadie”. Consecuentemente, procedió a castigar a Kenji y desenmascararlo como un operador tras bambalinas para así expulsarlo del Congreso, sin que le importara nada la situación en que quedaban hermano y padre (este último decepcionado por no poder salir en libertad y más aún por el vejatorio maltrato de su hijo menor).
Este antecedente de facetas políticas, familiares y humanas retrata la personalidad de Keiko tal como es, ceñida a sus objetivos de dominación. Consecuentemente, resulta muy difícil de creer que ella, en caso de un hipotético triunfo electoral en segunda vuelta, vaya a renunciar a sus tendencias y objetivos de buscar hegemonía. Por eso, en el aún vigente Congreso, ya se ha puesto de acuerdo con Alianza para el Progreso, el partido de César Acuña, para modificar las normas concernientes a la cuestión de confianza y a la declaratoria de incapacidad moral como causal de destitución del presidente de la República.
Y, en caso de triunfo, aprovecharía al máximo sus cinco años de libertad e inmunidad y es absolutamente seguro que tejerá alianzas políticas, arreglos y enjuagues en el Congreso que le permitan producir nuevas leyes o normas con las que burlaría el brazo de la justicia al término de su mandato. No por gusto la Fiscalía la procesa imputada de ser cabecilla de su organización criminal.