¡El Congreso a Tacna!
¡El Congreso a Tacna!
por Herbert Mujica Rojas
¿Qué mejor homenaje que trasladar la sede del Congreso a Tacna, a pocos días de cumplirse un aniversario más de la reintegración de esta ciudad al Perú, luego de largo cautiverio, el 28 de agosto de 1929? ¿No sería, la gran lección inadvertida hasta hoy, que urge dar, so pena de muerte civil, al Parlamento, en actitud de asunción profunda y deliberada del sentido de la patria peruana? Además, tan cerca de la frontera sur, constituirían la primerísima trinchera política y legislativa contra arrebatos, maromas o cualquier clase de bravatas de algún vecino ensoberbecido. Una centena de mártires, en la creación del fuego patrio, apenas si son pálido símil de las decenas de miles que sucumbieron a partir de 1879. Hay sacrificios, simbólicos o reales, que atizan la espiritualidad de una nación.
por Herbert Mujica Rojas
¿Qué mejor homenaje que trasladar la sede del Congreso a Tacna, a pocos días de cumplirse un aniversario más de la reintegración de esta ciudad al Perú, luego de largo cautiverio, el 28 de agosto de 1929? ¿No sería, la gran lección inadvertida hasta hoy, que urge dar, so pena de muerte civil, al Parlamento, en actitud de asunción profunda y deliberada del sentido de la patria peruana? Además, tan cerca de la frontera sur, constituirían la primerísima trinchera política y legislativa contra arrebatos, maromas o cualquier clase de bravatas de algún vecino ensoberbecido. Una centena de mártires, en la creación del fuego patrio, apenas si son pálido símil de las decenas de miles que sucumbieron a partir de 1879. Hay sacrificios, simbólicos o reales, que atizan la espiritualidad de una nación.