Por Rocío Ferrel
La falta de seguridad ciudadana continúa siendo un problema muy grave en el Perú, y la población ve con escepticismo todos los anuncios que formulan el gobierno o personajes e instituciones interesadas en fortalecer el engaño que sufre el pueblo peruano1. Cuanto más nos digan que la economía del Perú va muy bien y que la exportación de nuestras materias primas trae riqueza, bienestar y salud, tanto más nos damos cuenta de la intención del estado de no atender una necesidad básica como la seguridad.
Si el abundante dinero que dicen tiene el Perú no se utiliza ni en seguridad, ni en salud ni en educación ni en defensa, ¿a dónde va tanta plata?, ¿quién se la lleva?
El carrusel interminable (el cuento de no acabar)
Cada vez que hay un hecho delictivo grave (asesinato, secuestro, etc.) aparece el ministro del Interior o el presidente de la república diciendo que se van a tomar “enérgicas medidas”, que se va a desarrollar un plan “integral” contra la delincuencia, se muestran cientos de autos patrulleros nuevos, se proclama que más y más policías dejarán trabajo de oficina para hacer servicio de calle, etc., etc.; pero todo sigue igual. Para quien no observa todos los factores en juego, lo más sorprendente es que la ola delincuencial continúa con intensidad y extensión e incluso se incrementa, pese a programas efectivos como “Génesis”, con el cual el ministerio del Interior combate a los marcas2 y secuestradores.
Ni las cámaras de seguridad inhiben a los ladrones y sicarios, que continúan actuando pese a saber que en corto tiempo serán capturados.
¿Cuántos son?
Para todo el país resulta obvio que el número de policías es completamente insuficiente: tenemos unos 140 mil cuando por lo menos —considerando la gravedad del problema y el número de delincuentes— se necesitaría como mínimo 250 mil efectivos policiales3.
Pero ¿cuántos delincuentes hay en nuestro Perú saqueado por los chilenos, los políticos corruptos y los empresarios corruptos? Difícil saberlo con exactitud, en una época en que se dice que nuestra economía es boyante y que el 70% de peruanos pertenece a la clase media4. Pese a todo, podemos intentar averiguar.
El mes de febrero se informó que la Policía Nacional, avanzando en su proceso de modernización, iba a digitalizar5 su archivo físico de huellas dactilares, que se registran en fichas de cartulina. Se comunicaba que la policía iba a pasar a formato digital las más de 400 mil fichas de delincuentes que ha acumulado.
Por allí podemos empezar: dicen “más de 400 mil”; nos quedamos con 400 mil redondos. Y nos formulamos la siguiente pregunta: por cada delincuente fichado, ¿cuántos no fichados hay?6 No siendo tan conservadores que digamos que hay solamente uno o dos no fichados por cada uno que sí lo es, ni tan exagerados que pensemos que son cinco o seis, quedamos con un número de tres delincuentes no fichados por cada uno fichado. Con eso —multiplicando 400 mil por tres— obtenemos una cifra de 1 200 000 delincuentes. ¿Muchos…? Bueno, entonces son por lo menos un millón de personas que viven delinquiendo.
Las familias
El miércoles 18 de junio la policía encontró a cinco delincuentes que habían huido de la cárcel; eran los autores del asesinato por encargo del periodista Luis Choy, ocurrido en el mes de febrero. Resistieron la acción policial y dos de ellos perdieron la vida. Entre lágrimas, la hermana de uno de los malhechores abatidos alegaba que se pudo haber capturado con vida a los prófugos, y que tres niños quedaban sin un padre que se hiciese cargo de ellos. La mujer se refería al desamparo en que entraban sus sobrinos, y esto nos lleva a la reflexión de que muchas veces olvidamos que los delincuentes también tienen vida familiar.
Recordemos que años atrás la televisión y los diarios mostraban fotografías del delincuente “Momón”, que se mostraba feliz y sonriente cargando en brazos a su menor hija, pero era el mismo feroz individuo que asaltaba a cambistas de moneda extranjera asesinándolos a tiros para no perder tiempo pidiendo la plata.
Son hijos, hermanos, esposos o padres que comprometen en el delito a toda su familia. Comunes son las escenas de familias y vecindarios enteros que se enfrentan a la policía con palos y piedras para impedir la detención de alguien. Y si hay un millón de delincuentes —ladrones, secuestradores, sicarios, proxenetas, productores y traficantes de drogas, narcoterroristas, estafadores, etc.—, es atinado preguntarnos cuántos millones de personas viven comprometidas con el delito, contando las familias involucradas (¿dos millones?, ¿tres millones?7).
¿Qué son?
En este Perú del entreguismo corrupto de la riqueza y recursos peruanos a Chile y a otros países y de destrucción minera del medio ambiente, que se vanagloria de grandiosas cifras macroeconómicas8 que no significan bienestar del pueblo sino papel bien impreso, haremos bien en averiguar qué son los delincuentes: ¿son desempleados?, ¿son clase media (según el BID)?, ¿son “emprendedores”?
Lo seguro es identificarlas como personas con poca preparación —la mayoría del país, por el pésimo sistema educativo peruano— que alguna vez intentaron laborar, buscaron trabajo y no hallaron, encontraron trabajo pero los desalentó la inestabilidad o precariedad en el puesto de trabajo, o los desanimó el pago que recibían —salario mínimo o menos que eso—; son peruanos que vieron que mediante su trabajo jamás iban a conseguir los artefactos y distintivos de bienestar que se promocionan en televisión y otros medios de comunicación.
Desde su punto de vista, los delincuentes conocen su fuerza política y social y ejercen presión mediante sus abogados y principalmente amparados en la legislación mediocre y lenitiva que imponen congresistas corruptos conquistados por el hampa, quienes al mismo tiempo que apoyan y defienden a los peligrosos ladrones empresariales que vienen de Chile, ¿protegen con igual celo los intereses de los delincuentes peruanos? Todo parece indicar que así es. (¡quien puede lo más puede lo menos!).
¡Faltaba más!
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1 Leer ¿Perú octavo más rico? El delirio de riqueza no nos sacará de la pobreza.
2 Delincuentes que observan a la persona que ha retirado dinero de la ventanilla del banco o de un cajero automático, la siguen y luego la asaltan a cierta distancia.
3 Por supuesto que esto es muy costoso, pero así de costoso es mantener el sistema social que nos impone el modelo extractivista minero exportador primario. ¿Cuesta más mantener una fuerza policial apropiada en tamaño, o cuesta más el daño económico y social que causa la delincuencia?
5 “Digitalizarán más de 400 mil fichas de huellas digitales para mayo” en La República, Lima 28-02-2013 en http://www.larepublica.pe/28-02-2013/digitalizaran-mas-de-400-mill-fichas-de-huellas-digitales-para-mayo
6 Tengamos en cuenta la conocida proporción: por cada robo denunciado hay por lo menos siete que no se denuncian.
7 ¿Qué candidato a la presidencia o al Congreso se atreve a prometer de manera creíble que tomará medidas realmente drásticas contra la delincuencia? ¡Ninguno, porque hay en juego millones de votos!
8 Leer Economía peruana creció 7.21% en julio acumulando 35 meses de avance y Exportaciones peruanas a Asia crecerán 40% en el quinquenio.
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