Relación Perú-Bolivia
La elección del señor Ollanta Humala ha permitido mejorar las relaciones con Bolivia, que el embajador Manuel Rodríguez ha dejado en muy buen pie. Recordemos que, superando roces anteriores, en octubre de 2010 el presidente Alan García relanzó con el presidente boliviano Evo Morales el Proyecto Binacional de Cooperación e Integración “Gran Mariscal Andrés de Santa Cruz”, que fue suscrito en 1992 durante el gobierno de Alberto Fujimori en el Perú y de Jaime Paz Zamora en Bolivia.
Por razones políticas y problemas económicos, los bolivianos no aprovecharon las facilidades que se le brindaron, pero hoy, con la perspectiva de exportar minerales a China, Bolivia ha expresado nuevo interés e incluso se habla de un ferrocarril1 especial que uniría el Oriente boliviano con la costa de Ilo (“Mar Bolivia”).
Necesidad de vínculos y ventajas. Pacto Andino.
Los orígenes históricos comunes y la composición étnica y social acercan de manera natural a Perú y Bolivia, países artificialmente divididos poco después de que se proclamara la independencia del Perú. Al estar Bolivia despojada de mar, por la usurpación chilena de Antofagasta, el Perú con su mercado y sus puertos de la zona sur (Matarani e Ilo) es para los bolivianos una buena alternativa para su comercio y desarrollo. Añádase a esto que junto con Colombia y Ecuador, Perú y Bolivia son fundadores del Pacto Andino —hoy Comunidad Andina de Naciones (CAN)—, lo que permite que los cuatro países gradualmente sigan avanzando hacia la integración y complementación de sus economías.
De los cuatro países andinos, los de mayor desarrollo relativo son Colombia y el Perú; pero la distancia entre estos dos y Ecuador y Bolivia no es tan grande que suscite recelos de ninguna de las partes. En estos tiempos de incertidumbre en la economía mundial, en que disminuyen las compras de materias primas de países como China, una respuesta correcta es fortalecer el comercio intrarregional, y en nuestro caso especialmente entre los países leales y seguros de la CAN (no oportunistas como Venezuela ni peligrosos o delincuentes como Chile).
Opositores
Por razones ideológicas y racistas, hay en el Perú, incentivados por la mermelada chilena, opositores al fortalecimiento de las relaciones con Bolivia; dan a entender que nada tenemos que ganar con Bolivia. Así, el día 30 de agosto de 2011 en el diario limeño Expreso leímos: “La integración con Bolivia siempre ha sido limítrofe, con un comercio muy precario, realmente veo un alcance muy limitado, un intercambio de planes estratégicos, no veo ni mayores logros ni mayores perspectivas, con Bolivia solo podemos tener sentimiento de solidaridad”. Estas palabras presentan a Bolivia como un país del que solo podemos esperar cosas menudas, nada sustancial; y que en el mejor de los casos merece un “sentimiento de solidaridad”. Según ese pensamiento mercenario al servicio de Chile, nada hay de significación económica entre el Perú y Bolivia.
En seguida, ya sin ocultar simpatías por Chile, país enemigo del Perú, dicen: “Exacto, constituimos el ‘Arco del Pacífico’, tranquilamente podría acercarse más a Chile o Colombia, estamos en esa dirección y constituimos una política definida, integración ante el mundo y desarrollo de competitividad, lo otro son modelos inversos, marchar hacia atrás es mirar un esquema donde ya sabemos que no tenemos nada que hacer”.
Al personaje que manifiesta así su preferencia por los chilenos, pueblo con el latrocinio en los genes, nada le importa que con su usurpación del mar de Grau los delincuentes chilenos nos hayan obligado a recurrir a la Corte Internacional de Justicia, que las empresas chilenas sean fachada para el espionaje de Chile ni menos que, al permitir las inversiones basura de Chile, el Perú se está haciendo cómplice en el sabotaje chileno a la CAN, en el proyecto chileno de debilitar y luego anular el proyecto de integración de los países andinos. Toda cosa que emprenda Chile con otros países siempre es para exclusivo perjuicio del otro; Chile crece robando y usurpando territorio; se fortalece económicamente mediatizando y paralizando el desarrollo de sus vecinos y sus esfuerzos de integración.
Un gobierno que se proclame nacionalista en los hechos no puede ser instrumento de la dominación chilena y colaborador con los planes de destrucción del Perú que tiene Chile.
El sirviente de Chile que ha expresado los conceptos que comentamos no toma en cuenta diversos aspectos:
1) Bolivia es un destino natural para el establecimiento de empresas peruanas de todo tipo, el Perú es un punto de llegada importante para las exportaciones de Bolivia2, y también los productos peruanos tienen muy buena acogida en Bolivia.
2) Aparte de la participación de ambos países en la CAN, hay un Tratado General de Integración y Cooperación Económica y Social firmado en 2004 por Perú y Bolivia, que prevé la conformación de un mercado común, y que ha sido debidamente ratificado en ambos países. Es necesario trabajar en este cometido.
3) Precisamente el relativamente rezagado desarrollo industrial y económico de Bolivia, que algunos ven como una desventaja para el Perú, constituye una ventaja para las empresas o industrias peruanas, que encuentran un espacio libre en Bolivia y se desarrollan de manera satisfactoria, con el reconocimiento positivo de los bolivianos (casos de Banco de Crédito, grupo Rodríguez Banda, Aceros Arequipa, entre otros).
4) Respecto de Brasil —y no del Perú—, Bolivia tiene ciertas reservas porque su vecino es un país de economía mucho más fuerte, y los bolivianos temen una hegemonía brasileña si los dejan entrar sin control (algo similar a la resistencia que tenían frente a Brasil los militares peruanos en la década de 1970 y que hasta ahora persiste en cierto grado3).
5) Además de su pertenencia a la CAN, con sus correspondientes obligaciones y reglamentaciones, Bolivia y el Perú tienen bilateralmente arancel cero (los productos de ambos países no pagan nada al cruzar la frontera). El diario boliviano La Razón informó el 22 de febrero de 2011: “Mientras Bolivia exporta al mercado peruano 350 productos alimenticios, los peruanos introducen 700 gracias al intercambio comercial entre ambos, cuya característica principal es el arancel cero”. Nada de esto es del agrado de los que escriben en Expreso; eso no significa nada para ellos, hasta podrían decir que ese comercio perjudica al Perú.
6) Por la mayor debilidad de las instituciones del estado boliviano, es muy necesario que el Perú cultive una buena relación con Bolivia y desarrolle un activo intercambio comercial, porque con toda seguridad los chilenos están atentos para meterse en Bolivia y ganar hegemonía económica si encuentran la oportunidad. Como en el Perú (pero no tanto como acá), hay en Bolivia elementos prochilenos4.
Sobre el punto 6) es necesario mencionar que el Perú, ante la criminal amenaza terrorista y guerrerista de Chile ladrón histórico, no puede descuidar el mantenimiento de buenas relaciones políticas, comerciales y económicas con Bolivia, Ecuador y Colombia. Incluso si no sufriésemos la amenaza de invasión chilena, siempre sería bueno fortalecer nuestro espacio de paz y prosperidad con nuestros vecinos y socios de la CAN. Un ejemplo de esto es Argentina, que en la última década estuvo muy centrada en resolver sus problemas internos, pero fue perdiendo terreno ante el silencioso y fuerte avance brasileño en Paraguay y Uruguay, países que dan cada vez más señales de insertarse en la esfera de influencia del Brasil. Ante esto, Argentina empieza a reaccionar para no perder presencia en las naciones vecinas, y así hemos visto que el mes pasado, tras décadas de interrupción, se ha restablecido una conexión ferroviaria que une Uruguay y Argentina.
En lo referente a las vías de comunicación, se sabe que los bolivianos perciben los ferrocarriles que los unen con Chile como un elemento más de dominación y hegemonía chilena, que tras robarles el litoral prácticamente monopoliza el movimiento de mercancías bolivianas que salen al Pacífico. En oposición a eso, las facilidades que tienen los bolivianos en Mar Bolivia (al sur de Ilo) representan una alternativa concreta5, que debe contribuir al desarrollo económico de Bolivia, con lo cual tendremos un mayor comercio con un país más fortalecido económicamente.
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1 Los ferrocarriles que unen a Bolivia y Chile han acentuado el subdesarrollo boliviano y favorecen ampliamente a Chile. El diario orureño La Patria publicó el 06-11-2010: “[…] Chile por intercambio comercial que Bolivia practica por Antofagasta, Arica y otros del Pacífico, percibe impositivamente un neto de 3.0 mil millones de dólares al año, y no porque el Tratado de 1904 lo hubiese determinado; el hecho es que Chile, utilizó y utiliza dicho tratado imponiéndonos contribuciones diversas al tránsito de productos de uso y consumo. No hubo jamás libre tránsito".
2 Brasil, Estados Unidos, Venezuela, Perú y Argentina son los países a los que más exporta Bolivia. Una publicación boliviana (AlMinuto.com.bo) informaba en junio de 2009: “Datos del INE dan cuenta que Bolivia vendió al Perú cerca de 300 ítems arancelarios el 2008, en tanto que del vecino país llegaron más de 1.600 productos, revelando un comercio altamente diversificado entre ambos países”.
3 Esto se ve con claridad en poblaciones de la frontera peruana con el Brasil. Los poblados peruanos están en abandono y tienen gente muy pobre, mientras que las poblaciones del lado de Brasil tienen todos los servicios. Existe el peligro de que esos habitantes peruanos sean absorbidos por el país que les brinda los servicios que Lima no les da, y con el tiempo esos lugares podrían pasar a soberanía brasileña, con habitantes y todo.
4 En todas partes se cuecen habas. En ser sirvientes de Chile, nadie gana a ciertos sujetos peruanos (monumento al hampón Arturo Prat Chacón, permitir que Lan opere en el Perú, tolerancia de militares peruanos a que la marina de guerra chilena haga lo que quiera en aguas en disputa, etc.). Por su parte, los mismos bolivianos desenmascaran a sus compatriotas que son lacayos de Chile; leer Puerto en Perú: ¡Ahora es cuando!
5 Seguirán utilizando Ilo para sus exportaciones e importaciones, y también construirán un puerto en la zona de Mar Bolivia, a la que llegará el ferrocarril Puerto Suárez-Ilo, de 2 240 km, para cuya construcción hay 15 mil millones de dólares que ha ofrecido China.
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