Conciencia impura de mi cliente moroso Alan García

por Guillermo  Olivera Díaz

Un pacto encubierto hizo votar  a los congresistas fujimoristas en coyunda con la bancada aprista durante 5  años, 2006-2011, hasta para excluir de la investigación al sinuoso ex alcalde capitalino Luis Castañeda Lossio,  -sin talla para Presidente-, por el Caso Comunicore, que una Sala Penal Superior ha corregido y será procesado por diversos y graves delitos de función.

El desiderátum era suavizar la carcelería del preso de la DIROES y al final excarcelarlo vía un derecho de gracia o un indulto humanitario por enfermedades terminales inexistentes. Recuérdese que el propio Fujimori negó públicamente que tuviera un cáncer terminal.

Incumplido tal peludo y crematístico acuerdo, todos los actuales congresistas que jefaturan Keiko y su padre Alberto han votado porque se investigue a Alan García Pérez, contra quien el Congreso de la República decidirá que le abran proceso penal  -se lo merece-, y que por fin terminen sus huesos largos en una cárcel común. El lavado de activos millonario sería uno de los ilícitos cometidos con una retahíla de copartícipes.

Sobre este golpe de timón congresal, que se cumple como un prosaico “ajuste de cuentas” desde el encierro y también por celular, que ni los bloqueadores impiden, ha escrito Herbert Mujica Rojas, con acierto, lo que sigue.

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