Carolina Trivelli era chilena por nacimiento hasta hace 5 meses
Por Juan Sheput
Llama la atención la falta de dignidad de nuestro país. Aceptamos vergonzosamente que un ciudadano japonés sea nuestro presidente, ante el cual se cuadraban nuestros militares y se callaban los medios de comunicación. Ahora aceptamos que un Ministro, el de Trabajo, José Villena, no respete nuestra Constitución, siendo ambiguo respecto a su nacionalidad; otro Ministro, Luis Ginocchio, presenta también dudas sobre su nacimiento en Italia y ahora Carolina Trivelli ha sido ciudadana chilena, a plena conciencia, hasta hace 5 meses.
Quiero dejar muy en claro que no se trata de ninguna aversión contra países como Chile, Italia y Argentina. Se trata de hacer respetar nuestra Constitución, que exige que los ministros sean peruanos por nacimiento, es decir nacidos en territorio patrio o inscritos en nuestro Consulado en su minoría de edad. Un país que no respeta su Constitución o que no tiene ciudadanos que hagan respetar su Constitución no es un país. Aquí prima el amiguismo, el silencio de la consultoría, la complicidad que nace del negocio, una vergüenza.
Nada de eso parece que ha sucedido con los tres ministros mencionados. Carolina Trivelli nació en Miraflores pero fue inscrita de inmediato en el Consulado de Chile y recién hace cinco meses, cuando la designaron ministra, renunció a la nacionalidad chilena. ¿Cuál es la identificación con nuestro país? La noticia que nos trae el semanario de César Hildebrandt es muy grave, pues demuestra la falta de dignidad de Ollanta Humala y de su nulo respeto por la Constitución. El autollamado "nacionalista" tiene un gabinete que parece la Legión Extranjera. Él mismo, me refiero a Ollanta Humala, ya tiene una posición sumisa con el capitalismo de Brasil.
No me llamaría la atención si no pasa nada. Hace muchos años hemos ingresado en un proceso de deterioro que está anulando nuestra capacidad de indignación. El Congreso, para efectos prácticos de hacer respetar la Constitución, no existe; se contenta con que a la economía, a los intereses económicos, les vaya bien.
En tanto, siguen sucediendo cosas vergonzosas como esta en el gobierno del nacionalista (ya parece una broma esta farsa) Ollanta Humala.
No estamos dispuestos a quedarnos callados sólo porque la economía, por el momento, va en piloto automático. De lo que se trata es de defender un orden constitucional que no está siendo respetado. El reduccionismo quiere hacer creer que la competencia profesional es suficiente para ocupar un cargo; nada más cercano al pensamiento guía que avaló al fujimontesinismo y la nacionalidad japonesa. Debemos entender que es necesario hacer respetar nuestras leyes y la Constitución.
Deploro la falta de coherencia en algunos críticos de esta nota. El que esto escribe ha sido igualmente muy duro con la dudas sobre la nacionalidad de Alberto Fujimori y el pasaporte de PPK. No tengo porque sufrir una transformación y actuar en contrario con los hechos del presente.
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