Por Raúl Allain (*); Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
En el ámbito familiar, la violencia doméstica aún posee altos índices de incidencia. Pero es cuando las agresiones psicológicas adquieren mayores dimensiones, sin excusa alguna, que la pretensión de humillación se torna preponderante, por motivos —a decir verdad— de una suerte conspiratoria. El “familiar” se convierte en un rival que no declina hasta ver saciado su afán. Este es el caso de Luis Enrique Sánchez Mercado (identificado con DNI 10023878), padre de mi menor y único hermano, quien en una actitud sospechosa confundió la chaqueta que llevaba puesta por una de las suyas. Esto sucedió luego de que regresase del taller de mi abuelo, el reconocido pintor Oscar Allain.
Luis Enrique Sánchez Mercado |
Cuando ya se había clarificado que la prenda no era de su pertenencia, no dudó en pegarme un puñetazo a causa de sus frustradas intenciones. Al defenderme, en el forcejeo, lastimó con tenacidad el dedo pulgar de mi mano derecha con algún objeto que aún no logro identificar; luego de esto decidí tomar dos fotos desde mi celular, habiéndome limpiado la herida por razones de salubridad y prudencia, por la posible exposición a la que pudieron comprometerse familiares y amigos. A todo esto el Sr. Sánchez Mercado despedazó mis gafas, luego del acto del forcejeo, dejante en claro su frustración. El carácter colérico y de cierta pasividad que demuestran este tipo de personas, en determinadas situaciones, es aberrante.
En mis fueros de escritor y editor esta agresión me impide desenvolverme adecuadamente frente a una hoja en blanco o el teclado. Mi indignación cobra mayor acicate cuando, sin mayor sentido y suerte alguna, el sujeto mencionado pretendió acusarme y denunciarme. Siendo testigo mi madre, destacada catedrática sanmarquina, su obsesión no tuvo éxito alguno. Que este hecho sirva de lección para defender la integridad de jóvenes autores de la frustración de individuos que buscan manipular a su antojo la realidad de un hogar.
(*) Presidente del Instituto Peruano de la Juventud (IPJ) y codirector del sello independiente Río Negro.