Nos declara “enemigo” y lanza amenaza a todos los que acusa de “dividir a la central”
Freddy Salazar*
La VIII Asamblea Nacional de Delegados del 28 de febrero, votó una resolución que declara un combate contra los que intentan “dividir al movimiento sindical”, y, montando una serie de acusaciones, condena al abogado laboralista Jorge Rendón Vásquez, y declara al PST “enemigo de la CGTP”, en una clara invitación a sus huestes a atacarnos físicamente.
Una resolución hecha sin informe previo, sin sustento, sin debate y que solo acusa y sentencia, y que casi nadie conoce, muestra la manera como la dirigencia maneja a la Central y a la misma Asamblea de Delegados, lo que nos lleva a responsabilizar de dicha decisión a su dirección, y específicamente a la dirección del Partido Comunista.
El Partido Comunista se parapeta detrás de los organismos de la CGTP para atacar a sus detractores y sentenciarlos tomando el nombre de los trabajadores y de José Carlos Mariátegui, comportándose como la misma Santa Inquisición. La CGTP no es propiedad del Partido Comunista entornillado en su dirección desde hace 50 años, sino patrimonio de sus bases. Ni el PC está exento de toda crítica o cuestionamiento. ¿Qué explica, entonces, tamaño despropósito? La crisis de su conducción en la CGTP. Pero en lugar de encarar sus problemas y de responder atendiendo los intereses y las necesidades de la clase trabajadora que espera el fortalecimiento de su central, lo hace en función de salvaguardar sus intereses de aparato.
La resolución dice: “Rechazar y combatir en todos los espacios marcando a fuego, de manera contundente, contra todos los intentos personales y de grupo por dividir el movimiento sindical de clase.” Preguntamos: ¿Cuáles son esos intentos personales y de grupo que “quieren dividir a la central”? ¿Quiénes son? Al no precisar a quiénes se refiere y qué hacen para “dividir a la central”, se deja abierta la acusación para hacerla extensiva a todos los que no concuerdan o no piensan como los dirigentes. Es una licencia para aplicar el garrote contra cualquiera que no simpatice con la dirigencia.
Y esto, que es una práctica cotidiana en el interior de la central, hoy se la expone abiertamente, como si fuera un arma legítima. Toda crítica a la dirigencia es tomada como “ataque a la central”, y no como una opinión que hay que escuchar y rebatir con otras ideas. Toda iniciativa, aunque esté al servicio de la lucha pero que no tenga su consentimiento, es “divisionismo”. Para tener el visto bueno de los dirigentes hay que decir “chicheñór”, aunque se equivoquen. Por eso, a todo los que no encajamos en éste régimen dictatorial (no es casual que los ídolos de estos compañeros sean Chávez, Castro, Stalin), se nos trata como enemigos. Eso es al menos lo que hemos visto hasta hoy: reconocidos dirigentes y activistas que lo único que hacen es expresar sus opiniones y trabajar con ahínco por la lucha unificada, son atacados con calumnias, provocaciones y amenazas, en diferentes espacios, por los allegados a la cúpula de la central (no hablemos ya de los miembros del Partido Comunista que son echados por mostrar desacuerdos). Ahora estos ataques se han “oficializado” otorgando carta blanca a la dirigencia para volcar su furia contra la creciente tendencia a actuar de manera independiente desde distintos sectores de bases.
Esto es una afrenta directa a los que se encuentran a la cabeza de la lucha, y para toda la clase trabajadora, y en especial a la organizada en la CGTP. Porque bajo esta dictadura la central, de una herramienta de lucha de los trabajadores con todas sus corrientes y matices, que es lo que defendemos y necesitamos para fortalecer la unidad y la lucha contra la patronal y el gobierno, corre el peligro de convertirse en un instrumento al servicio de un grupo. Además: ¿qué significa esto de: “marcar a fuego de manera contundente”? Las posiciones se disciernen de dos maneras: uno, mediante la discusión, a la que claramente se rehúye, y la otra mediante el ataque físico, lo que queda implícito por la gravedad de las acusaciones y el tenor de las palabras.
La resolución, además, hace dos específicas denuncias: contra el Dr. Jorge Rendón Vásquez y contra el PST. A Rendón, reconocido abogado laboralista, se le califica de “antiunitario” y “anti cegetepista”, pero no dice por qué. Todos sabemos que el Dr. Rendón ha criticado a la dirigencia de la CGTP por haber “consensuado” el año 2012 un proyecto de Ley General de Trabajo (LGT) lesivo a los intereses de los trabajadores, y ahora ha vuelto a criticarla por demandar que se ponga a debate el proyecto de LGT que ha presentado el congresista Dammert, y que es el mismo del 2012. Ésta opinión incomoda a la dirigencia de la central, pero a su desazón, está en lo cierto y el PST y muchas bases sindicales la compartimos desde una posición de clase. La dirigencia debería responder con argumentos y no descalificar al Dr. Rendón.
En cuanto al PST, se nos dice que somos “sectarios” y “anti cegetepistas”. Ser “sectarios” no es delito, pero ¿por qué somos “anti cegetepistas”? Por lo mismo que se dice de Rendón: porque opinamos y criticamos a la dirigencia de la CGTP. A lo largo de 40 años desde que fue fundado el PST, y en 80 años de existencia de nuestra corriente, desde las bases obreras y luchando codo a codo, hemos contribuido al fortalecimiento de los organismos sindicales, a la refundación de la CGTP el año de 1968, al éxito del histórico Paro Nacional de 1977 y de una infinidad de luchas, compartiendo, junto a muchos militantes del PC y de otros partidos, cárcel, deportación y despidos, y hemos hecho parte de las movilizaciones y actos convocados por la central; todo manteniendo una posición independiente y crítica respecto a su dirección ¿Cómo entonces ahora somos “anti cegetepistas”?
Para peor, la resolución resuelve una medida: declara sin más “enemigo” de la CGTP al PST. Enemigos de la CGTP son la patronal, sus partidos y los traidores. El PST en cambio, con quien bien se puede no compartir sus ideas, es un partido obrero con una historia y práctica inobjetable al lado de la clase obrera y sus luchas.
Todos estos manotazos de la dirigencia de la CGTP responden, repetimos, a su situación de crisis. Este problema se ha larvado durante largos años debido al abandono que sufren las bases obreras, pero se ha profundizado con las movilizaciones contra la “Ley Pulpín”, donde las bases de la CGTP se movilizaron con los jóvenes, mientras la dirigencia de la central se mantuvo al margen, lo que hizo que arreciaran fuertes críticas sobre ella desde la Federación Textil, la Federación Minera y muchos otros sindicatos. La movilización de las bases continuó con independencia de la dirigencia, ahora contra el D.S. 013 (ceses colectivos) y el P.L. 4008, en torno al Paro Textil del 28 de enero, el plantón del 10 de febrero y la masiva jornada de 18 de febrero. En lugar de saludar y apoyar estas iniciativas la dirigencia de la central acusa a sus promotores de “divisionistas”.
Ahora, en un intento por reacomodarse, la dirigencia plantea un Paro Nacional para el mes de julio. Siempre es bueno corregirse. Pero el Paro está muy distante: continúan los despidos, los pliegos sin resolver, el D.S. 013 de ceses colectivos sigue en pie, y diferentes sectores como la Federación Minera anuncian huelgas. Más que nunca se necesita coordinar y centralizar las luchas, pero la dirigencia de la central no lo hace. ¿Por qué? Porque su eje es el “diálogo” con el gobierno y la puesta en debate del proyecto de Ley General de Trabajo. Un camino falso, lo que obliga a los sectores combativos a coordinar nuevas acciones de lucha como es su deber.
Esto es lo que la dirigencia de la central no tolera y busca por todos los medios desmontar con métodos vedados. Deseamos equivocarnos, pero los hechos hablan por sí solos.
Pero, a todo esto, como dice la resolución, si al PST “no lo respalda ninguna base sindical”, ¿por qué se lo declara “enemigo”?. ¿Por qué se lo señala como amenaza? ¿Por qué la resolución lo coloca en el blanco?
En el contexto descrito, el PST aparece como la única organización política que, con una propuesta alternativa y una práctica y trayectoria que la avala, tiene el firme propósito de construir un nuevo partido de la clase trabajadora, al servicio de las luchas y no para servirse de los sindicatos, ni para fines electorales. En medio del desastre que es la actual conducción de la cúpula del Partido Comunista, el PST independientemente de sus modestas fuerzas, señala un camino alternativo. Por eso nos ha colocado la puntería.
Pero les decimos: no nos intimidan ni nos callarán. Sus despropósitos hacen más firme nuestra determinación de construir un auténtico instrumento político al servicio de los trabajadores. Y ante la amenaza a la que es expuesta nuestra militancia por esta resolución, responsabilizamos a las dirigencias de la CGTP y del PC, de lo que le pueda ocurrir a nuestros compañeros y compañeras, sin menoscabo de nuestro derecho a usar los mecanismos de defensa que nos otorga la Ley.
Llamamos a los trabajadores y organizaciones de izquierda, a los militantes honestos del PC, y a la solidaridad de clase internacional, a demandar a la dirigencia de la CGTP: 1) La revocatoria inmediata de esta resolución con cargo a una próxima AND. 2) El respeto irrestricto de los derechos democráticos de todos los sectores políticos y sindicales que actúan en el interior de la CGTP y que acatan los principios del frente único. 3) La plena democratización de la central demandando la convocatoria de un Congreso de Bases con el principio de un afiliado un voto, elecciones universales y no reelección de dirigentes.
*Periodista