Escribe: César Vásquez Bazán

Augusto Salazar Bondy

Augusto Salazar Bondy
(1925-1974)

 


1. Hace poco más de diez años, el doctor Pablo Macera pronunció una lacerante frase de inusitada franqueza. Sin nin­gún temor, el ilustre historiador peruano afirmó: El Perú es un burdel. Con esa oración provocadora, Macera tomó la posta de González Prada y reinició el debate acerca de la desorganización, ineptitud, incompetencia y corrupción que cam­pean en la vida del país, componentes esenciales de su crisis estructural.

¿Duda acaso que la afirma­ción de Macera haya perdido validez? Por favor, vea lo que sucede con la expedición de pasaportes, el tránsito automo­tor o la venta de leche Enci y saque usted mismo sus conclusio­nes.

2. Una década antes, en su sugerente Cultura de la dominación, Augusto Salazar Bondy trató el tema del desorden peruano, citando irónicas expresiones de connacionales de diversas épocas. Con mucha razón, Salazar recordó las palabras de Manuel Lorenzo Vidaurre –En el Perú no se puede usar la palabra impo­sible–; Julio Chiriboga –Si tiene un enemigo aplíquele la ley–; Víctor Li Carrillo –En el Perú lo único vigen­te es lo clandestino–; y Ma­riano Cornejo: –Entre noso­tros, lo único permanente es lo provisional–.

Lo terrible para el Perú es que las frases precedentes tie­nen hoy más aplicabilidad que ayer. Por ejemplo, en el Perú es imposible utilizar la palabra imposible. Cualquier cosa puede suceder, para bien o para mal. Por ejemplo, políti­cos deshonestos pueden convertirse de la noche a la maña­na en moralizadores. ¿Se ha dado cuenta usted de la cantidad de estos especímenes, actuales regentes de cátedras de decencia y que hace algunos años estuvieron envueltos en escándalos como los de Guvarte, Sanitas o Procompra? (Sin duda, nuestra memoria es muy corta. Se desvanece en pocas semanas).

Asimismo, persiste el grado elevado de incumplimiento de las leyes. Ahora mismo, si usted desea arreglar cuentas con alguien, la cosa es sencilla. De acuerdo con su gusto y conveniencia, busque alguna ley propicia y denuncie a su adver­sario. Su éxito está garantizado.

Por otro lado, en el Perú si­gue campeando la casualidad y la falta de planificación. Realmente, en nuestras costumbres, lo único estable es lo interino, lo eventual. ¿No me cree? Pues vea la multitud de emplea­dos contratados temporales de la administración pública o examine el éxito de la práctica conyugal de los convivientes y arrimados.

Finalmente, sea que consi­dere las actividades del amplio sector informal urbano o las del rentable narcotráfico, siempre encontrará en nuestro país vivas demostraciones de la vigencia de lo encubierto, de lo oculto.

Uno de los más graves erro­res de la presente administra­ción del presidente García Pérez es no haber hecho nada para superar estos seculares problemas peruanos.

Fuente:

La Opinión, Sección Plaza Pública, página 6, 10 de marzo de 1989. Lima: Editora La República,  S. A.. Talleres de IMPREPSA.

© César Vásquez Bazán, 2006
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Julio 8, 2006