Facebook 2Por: Wilfredo Pérez Ruiz (*)

 

El facebook es una fabulosa, moderna y revolucionaria comunidad virtual con la que estamos identificados en mayor o menor grado. Al observar el “muro” de nuestras amistades logramos percatarnos de sus inquietudes, pasatiempos, hobbies, tendencias y, especialmente, ofrece un valor agregado para su imagen. Sin embargo, su errado empleo puede perjudicar y distorsionar el perfil que se anhela emitir.

 

Para algunos es una especie de catarsis orientada a propalar traumas, desamores, pleitos, desilusiones, penurias y precariedades, en busca de alivio. Otros lo usan para transmitir reflexiones, preferencias deportivas, políticas, religiosas y sexuales. Existen quienes necesitan suscitar envidias, rivalidades y revelar su apremiante falta de admiración.

 

También, están aquellos con limitada habilidad social y estrecha inteligencia interpersonal, para forjar sólidas relaciones humanas, que han encontrado una posibilidad para desplegar mínimas, superficiales y confinadas destrezas sociales. Así disimulan y se engañan a sí mismos acerca de su exigua solvencia para involucrarse con grupos humanos.

 

En tal sentido, he creído pertinente formular unas cuantas sugerencias y deliberaciones a fin de irradiar una percepción positiva, pertinente y educada a través de esta masiva herramienta de comunicación. Ante todo, seleccionemos con detenimiento y ponderación los comentarios, juicios de valor y noticias que exponemos.

 

Recomiendo rehuir sobre publicar con el afán de prescindir llenar el estado de sus seguidores. La gente esconderá su estatus o dará “ya no me gusta”. Cuando suceda una desgracia y alguien ponga una glosa sobre un hecho lamentable, a nivel familiar o colectivo, es contraproducente colocar “me gusta”. Escriba unas palabras de solidaridad.

 

Evite utilizar sus contactos para promociones comerciales y asuntos sensibles sin pedir autorización. No siempre agrada a las amistades convertir su “muro” en una tribuna mercantil y dramática. Esquive asumir una actitud invasiva u hostil y use la sensatez en sus anotaciones. Acuérdese: “La prudencia se detiene, donde la ignorancia ingresa”.

 

Causará una buena impresión asentar un saludo a los nuevos amigos que han aceptado su solicitud. Cuando usted haya sido quien admitió la petición, redacte un breve texto de bienvenida. De esta manera, imprimirá una sensación empática. Agradezca las congratulaciones consignadas por su cumpleaños, navidad, aniversario de bodas, etc.

 

Es conveniente personalizar su respuesta a los que se tomaron el tiempo para contactarte mediante un mensaje directo. Cualquiera que haga una acotación positiva en su “muro” representa un inesperado lazo. Busque lugares y personas a las que complazca corresponder sus afinidades, hobbies, autores preferidos, entre otros.

No discuta y ventile temas íntimos con su pareja a través de su “muro”. Nadie debe enterarse de sus desavenencias y, además, suscitará una situación embarazosa a los amigos de los involucrados en la confrontación. Tampoco insulte, ofenda, agravie o calumnie a terceros. Respete la dignidad personal.

 

A mi parecer, la autoestima tiene directa implicancia en el retrato concebido a través del facebook. Es un sentimiento valorativo de nuestro ser, de quienes somos y de nuestros rasgos corporales y mentales. En consecuencia, es responsable de las señales verbales y orales exteriorizadas de forma consciente e instintiva. Una autoestima adecuada potenciará la capacidad de desplegar las pericias y aumentará el nivel de seguridad, mientras que una autoestima baja orientará hacia la derrota y frustración.

 

Hay hombres y mujeres que desde su “muro” están gritando: “quiéreme”, “mírame”, “consuélame” y “escúchame”. La autoestima, el autocontrol emocional, el estándar de tolerancia, la real dimensión empática y la personalidad, se visualizan con claridad y sin ambigüedad. El facebook es una cada vez más exacta radiografía de cómo somos, aunque muchos no se dan cuenta.

 

De allí que, es fácil vislumbrar a quienes alucinan encarnar una versión chola de la familia Ingalls e intentan proyectar una sensación de eterna felicidad, consumo y celebración. Por el contrario, subsisten los que escenifican con su melodrama una adaptación criolla de la película hindú “Mamá no vendas mis muletas”. Comentarios como: “amanecí triste”, “más deprimida que nunca”, “me sacaron sangre, estoy adolorido”, “desilusionado de los amigos”, “los hombres son unos perros”, “asado, no me pagaron la quincena”, “todo se fue al maldito infierno porque no fuiste capaz de amar”, muestran la tragedia de mis contactos al momento de anotar estas líneas.

 

Decline imitar rutinarias huachaferías e inopias como apostar bromas impertinentes, fotografías entrometidas o una secuela interminable de selfies en los espejos del baño. Ni que decir de aquellos integrantes del frondoso elenco de “chuncholandia” que nunca han acudido a un restaurante de cinco tenedores y que, por lo tanto, colman su “muro” con imágenes de su arroz con pato, canelones, cócteles, cubiertos y hasta de la servilleta y el mantel. Por coincidencia cuelgan retratos en los que continuamente aparece el nombre del establecimiento gourmet. Me pregunto ingenuamente: ¿Por qué no publican instantáneas con su maca y pan con torreja en el emolientero del paradero del Metropolitano? ¿Tendrá algo que ver el apremio por lucir su estatus económico?

 

En el aspecto profesional es un vehículo de vital utilidad. Por esta razón, reitero lo expuesto en mi artículo “¿Cómo acceder al mercado laboral?”: “…Otro paso son sus relaciones directas o mediante redes sociales. Las conexiones constituyen un activo que en cierto momento puede requerir. De allí la conveniencia de llevar acogedoras vinculaciones con familiares, amigos, ex compañeros de estudios, proveedores, entre otros públicos. Cada contacto aliméntelo con mensajes, informaciones, saludos en ocasiones especiales, etc. a fin de tener una presencia eficaz en las personas que pueden ayudar con su recomendación. Responda sus emails y llamadas telefónicas, concurra a actividades sociales, frecuente grupos de interés y haga más consistente su círculo de enlaces”.

 

Es una ventana que facilita percatarse de las singularidades y actitudes del postulante. Actualmente, en los procesos de selección de personal son revisados los facebook de los candidatos con el propósito de tener amplias referencias de sus inquietudes, círculos amicales, realizaciones intelectuales, deportivas, entre un sinfín de conocimientos. Soslaye divulgar una apariencia frívola y ausente de modales y valores, como sucede a menudo.

 

Haga de su facebook una oportunidad para contagiar cultura, irradiar principios, hacer eco de causas ciudadanas, reseñar publicaciones literarias, expandir denuncias de interés público y dispersar aportes. Prescinda sumarse a ese coro embrutecedor y angustioso de anotaciones que enuncian la exuberante indigencia neuronal, espiritual y moral que se ha interiorizado en una sociedad herida por su deteriorada solvencia, sapiencia e integridad. Por último, recuerde: “Dime cómo es tu facebook y te diré quien eres”.

 

(*) Docente, consultor en organización de eventos, protocolo, imagen profesional y etiqueta social. http://wperezruiz.blogspot.com/