jorge del castillo 25Herbert Mujica Rojas

Dicen voces que parecieran tener algún conocimiento más o menos enterado, que apenas 3 ó 5% del Plan de Gobierno presentado por Alan García Pérez en ceremonia ad hoc, podría ser tachado como plagio o copia. Una gran pregunta —de ser exacta esta versión— surge de inmediato ¿por qué tanto brinco si el suelo está parejo?

No es tan fácil el asunto para los no iniciados en los vericuetos de pugnas, peleas, reyertas que parecieran afectar a muchos grupos políticos, incluyendo, al alanismo.

Más aún, la quincha caída sobre la cabeza y responsabilidad de Jorge del Castillo a quien desaforaron con documento expreso, habría tenido un fautor que ha subrayado muy mucho que es él o nadie, quien dicta los cánones de una supremacía estancada en un decepcionante 8 ó 9% y que hasta parece superado por el neocivilista César Acuña.

En el Partido Popular Cristiano están a punto de botar de esa colectividad a Lourdes Flores porque Raúl Castro maneja los resabios de la maquinaria, muy a mal traer, luego de los decepcionantes resultados electorales de los últimos meses. Pero, así están planteadas las cosas.

Un gambito cuasi incomprensible sería que Lourdes Flores accediera a un puesto importante al lado de Alan o reemplazándole en la candidatura presidencial. No soy yo quien lo dice sino allegados que miran las broncas con ojos entre decepcionados y comprobando que no hay como salir de la ratonera por abajo del 10%, riesgo que sí declinaría García Pérez.

Por su lado, Mauricio Mulder, firme aspirante a liderar la lista parlamentaria por Lima, adelantó que las disensiones internas en el PPC harían muy difíciles los entendimientos con las huestes alanistas. El tendrá sus razones, pero no debe descartarse que está cuidando con sable desenvainado, la trinchera para volver a Plaza Bolívar.

Son varios los estilos de despellejamiento a que nos tienen acostumbrados los políticos en Perú. Resulta que algunos se han creído el lema de Luis XIV, L’etat ces’t moi, el Estado soy yo, y no hay fórmula en que aquellos comprendan el renunciamiento, la salida elegante, la generosidad sincera o la hora del retiro. Hay quienes se han inventado un destino providencial con megalomanía insana y gracias al coro áulico de adulones que quieren sacar un puestito y, eventualmente, una curul para ser inquilinos precarísimos del Congreso.

Entonces ¿qué importa que Lourdes Flores, posea un historial de derrotas significativas si su candidatura maquilla el inevitable nadir de la mano que mece la cuna?

En Perú el enfrentamiento doctrinario y de principios éticos, es cosa de museo y reminiscencia de muchos lustros atrás, tanto que los jóvenes están persuadidos que no hay casi diferencia entre un político y un delincuente y su afán común y desopilante de apropiarse de lo ajeno, material o espiritual.

¡Precisamente! Sigo insistiendo que las últimas dos generaciones no supieron comprender al Perú en su inmensa riqueza multicolor, social y variopinta composición y que la hora del relevo ha llegado. También he preguntado si las nuevas hornadas ¿están concientes que les toca echar por los votos o a patadas a los fracasados? Interrogantes de enorme profundidad ineludible.

Todo indica que las pugnas en el alanismo apenas han empezado y desde los niveles más altos. El escollo de no trascender por arriba del 10% tiene a mal traer a los que sueñan con la reelección. Aunque también hay salidas poco galanas y hasta groseras pero hay quienes discurren por los tenebrosos senderos con tal de “salvarse”. ¿O no?

El hombre es el estilo.

 

26.11.2015