Una y otra vez suceden interminables los asaltos de hampones en motos: un conductor y otro delincuente que ya sea roba al vuelo o baja brevemente para atracar o matar y vuelve a subir a la moto, todo esto ante la inacción e incapacidad de las autoridades, pues una medida sencilla sería prohibir dos pasajeros en una moto, como hizo Colombia para reducir el número de estos delitos.
En el Perú de vez en cuando diversos entendidos en la materia se jactan de haber intercambiado experiencias con sus pares de Colombia en materia de seguridad, pero el Gobierno no quiere imitar las medidas que han dado resultado en ese país, que frenó la ola delincuencial con esa simple medida.
Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, en Lima, donde esta modalidad delictiva va en incremento, además tenemos el problema del tráfico, por lo cual las motos son usadas por el hampa para una fuga más rápida, pues tienen más posibilidades de escape.
El gobierno trabaja como si buscase el éxito del hampa con su inacción, además, una prohibición como esta no costaría nada al Estado, como tampoco costaría otra decisión que no se toma y que tendría efectos importantes, de lo cual nos ocupamos hace un tiempo: estando la seguridad en caos, en las cárceles debería prohibirse las visitas hasta que las prisiones tengan las condiciones que garanticen que el hampa siga usando a los visitantes como contacto para dirigir sus delitos en el exterior y fortalecer sus bandas, pues sus conocidos actúan como burros de carga de materiales prohibidos, como los teléfonos celulares, drogas y hasta armas (ver Seguridad, medidas urgentes en las cárceles).