Alfredo Palacios Dongo
 
El pasado día 3 la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) presentó en Guadalajara, México, los resultados del Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes 2018 (PISA), el cual mide competencias cognitivas en lectura, matemáticas y ciencias de 600,000 escolares de 15 años en 79 países. En nuestro caso participaron en total 342 colegios (240 estatales y 102 no estatales) siendo evaluados 8,028 estudiantes, 6,086 en estas 3 materias y 1,942 en educación financiera cuyos resultados emitirán el 2020. A pesar de una leve mejora no significativa estadísticamente en matemáticas y ciencias, en comprensión lectora nos mantenemos estancados respecto a Pisa-2015, además, a nivel mundial estamos rezagados (64 entre 79) con puntaje promedio de 401.6 muy por debajo del promedio 488.3 de países OCDE (300 es el puntaje más bajo y 600 el más alto), y a nivel regional ocupamos los últimos lugares como en las anteriores pruebas PISA (2000, 2009, 2012 y 2015).
 
 
ninos pintan
Nuestro nivel educativo es bajo en preparación y desempeño
 
Los resultados de PISA-2018 nos permite visualizar el muy bajo nivel de nuestro sistema educativo en preparación y desempeño de los alumnos evaluados, por lo que no logramos un avance educativo sostenido, además, existe un alto grado de desigualdad educativa urbano-rural y de segregación escolar, la evaluación nos ubica últimos en el indicador que mide la cantidad de alumnos del segmento más pobre que pueden alcanzar a pasar al segmento de alumnos con más habilidades, pero lo más preocupante es el estancamiento en comprensión lectora, este rubro ha sido considerado en PISA-2018 el principal tema evaluado empleándose computadoras para determinar el nivel de competencia lectora en el entorno digital, comprensión, uso, evaluación, reflexión y compromiso con los textos para alcanzar los propios objetivos, desarrollar el conocimiento y el potencial personal para participar en la sociedad.
 
Bajo este panorama, la ministra de Educación, Flor Pablo, se equivoca al asegurar que los resultados PISA-2018 han mostrado un avance significativo frente a otros países de Latinoamérica, añadiendo que nos tiene que alentar que estamos en el camino correcto, pero por el contrario, ocupamos los últimos puestos a nivel mundial y regional, por tal motivo, el bajo nivel de nuestro sistema educativo requiere una transformación que refuerce las capacidades, competencias, interés y creatividad de los alumnos y que garantice, en el horizonte estratégico, continuidad y progresividad que asegure un dinamismo productivo con equidad social y una democracia sin exclusiones. Solo así estaremos asegurando las bases para el desarrollo del país.
 
Expreso, 21.12.2019