Carlos Enrique Delgado Guerrero
Cual película de ciencia ficción nos vamos alucinando y espeluznando cada día más con los mensajes que recibimos durante la cuarentena, cuarentena que ya supera los cuarenta días como su nombre lo indica, llevando a límites insospechados a la convivencia como se le conocía, de un momento a otro sin aviso alguno nos llegó este tiempo de prueba para todo y para todos desde los estratos socioeconómicos más pudientes hasta la pobreza extrema, el covid 19 no discrimina solo llega como un silencio verdugo y se lleva la vida de miles de personas alrededor del mundo sin precedentes.
La coyuntura nos trasporta a diferentes escenarios, alejándonos de nuestro presente y generando muchas sensaciones a partir de supuestos en el futuro —especulaciones generadas por la cantidad de información real y falsa en medios— podemos perder la oportunidad de ver el hoy con objetividad, primero agradecer si hoy no tenemos covid 19 ni ningún familiar o amigo lo tiene, ya que es una realidad que nos ha estallado en la cara dejando en knock out la salud física-mental y economía de muchos Peruanos (dependientes o independientes) sacando a la luz diferentes aciertos y errores en la gestión de los organismo del Estado, al menos con respecto a los famosos bonos a mí no me ha llegado ni el bono “Yo me quedo en casa” ni “ Bono independiente” y menos por encontrarme en Lima el “Bono Rural”. Sin embargo, dentro de los aciertos podría destacar el Bono universal como medida estratégica y muy necesaria para los que somos independientes y con mayor razón al 72 por ciento de población económicamente activa que es informal y depende de sus ingresos del día a día, ojalá (etimológicamente oj = sí / ala = Dios quiere) sea la manera de resarcir los mil errores y algunos horrores suscitados, como lo visto con los caminantes hacia Cusco, San Martin entre otros lugares.
Las causas reales del coronavirus aún son inciertas, ya que una versión desmiente a la otra con argumentos bien fundamentados, efectivamente todavía queda mucho pan por rebanar, las cifras son contundentes 42,534 casos confirmados de coronavirus 12, 434 personas recuperadas 1,200 muertes solo en Perú, en el mundo 3,4 millones de casos y más de 244,000 muertos. Es un tiempo casi apocalíptico para diferentes culturas y en la Santa Biblia se precisa acontecimientos similares, presto para el debate mundial, lo que sí es un hecho es que después de esta cuarentena regresamos siendo más conscientes, mejores, gracias a las reflexiones y meditaciones personales a las que nos impulsa el aislamiento. Quedarse encerrado nos muestra claramente el valor de la libertad, lo rico que es ir al campo o la playa.
Sin el mal no existiría el bien, toda esta situación aleccionadora le ha devuelto su lugar a la siempre sabia naturaleza la cual nos espera nuevamente, ahora más verde que ayer, el aire mucho más puro, el mar sin contaminación permite la reaparición de delfines en la Herradura, lobos de mar en Pucuscana hasta el río “hablador” el querido río Rímac vuelve a darnos esperanza de un mejor mañana, donde la naturaleza, el bienestar social, la salud física y mental como prioridad nos situé en otra escala evolutiva, ya que muchas veces somos nosotros los que nos autodestruimos. No es un fin, es otro comienzo una nueva oportunidad para reinventarnos de acuerdo a las circunstancias y tirar para adelante, como diría Friedrich Nietzsche: “Lo que no nos mata, nos hace más fuerte”.