Trascendencia mundial de cumbre de Copenhague
Por Alfredo Palacios Dongo
Estamos a menos de tres meses de la realización de la XV Conferencia Cumbre sobre Cambios Climáticos de la ONU, la cual se llevará a cabo entre el 7 y 18 de diciembre en Copenhague, Dinamarca, y cuya trascendencia será de carácter mundial, ya que los 187 países signatarios del protocolo de Kioto —que concluye el 2012—, deberán reemplazarlo por uno que realmente logre reducir las emisiones de gases contaminantes y proteja a nuestro dañado planeta.
Puede ser la última oportunidad para el planeta |
Estamos a menos de tres meses de la realización de la XV Conferencia Cumbre sobre Cambios Climáticos de la ONU, la cual se llevará a cabo entre el 7 y 18 de diciembre en Copenhague, Dinamarca, y cuya trascendencia será de carácter mundial, ya que los 187 países signatarios del protocolo de Kioto —que concluye el 2012—, deberán reemplazarlo por uno que realmente logre reducir las emisiones de gases contaminantes y proteja a nuestro dañado planeta.
La gran preocupación mundial por el alarmante ritmo de calentamiento de la tierra, obligó en 1992 a reunir 192 países en Río de Janeiro, en la denominada “Cumbre de la Tierra”, para debatir las consecuencias de la emisión de gases de efecto invernadero y el calentamiento global, estableciéndose objetivos voluntarios para reducirlas, sin embargo, ante la falta de avances concretos, 5 años después —el 10 de diciembre de 1997— en intensas negociaciones entre los países desarrollados, fue suscrito el Protocolo de Kioto, donde 34 de ellos se comprometieron a disminuir en 5.2% las emisiones que registraban en 1990, pero EE. UU., el mayor responsable del total de las emisiones mundiales, no lo suscribió, y se ha opuesto permanentemente a un marco regulatorio de emisión de gases, argumentando que perjudicaría el rumbo de su economía.
Posteriormente en la Cumbre de Bali, Indonesia, en diciembre de 2007, después de grandes desacuerdos, se suscribió un documento final de 187 países que estipula el inicio de las negociaciones mundiales para reemplazar el Protocolo de Kioto en la próxima cita de Copenhague. A partir de esta Cumbre de Bali, miles de expertos del mundo se han reunido en diversas conferencias en Pekín, Bonn, Estocolmo, Ginebra, y el próximo 22 lo harán en Nueva York. También se reunieron en L’Aquila, Italia, los 16 países que emiten el 80% de los gases del mundo, constituidos por el Grupo G8: EE UU, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Rusia, Japón; el Grupo G5: India, China, Sudáfrica, Brasil, México; además de Indonesia, Australia y Corea del Sur, pero no dieron una señal clara de querer revertir la situación al negarse a suscribir una meta de reducir las emisiones en un 50% hasta 2050. China e India, que aumentan progresiva y peligrosamente sus niveles de emisiones de gases, han acusado al G8 de no cumplir con sus compromisos de ayudas técnicas y tecnológicas para la transición de las potencias emergentes hacia energías limpias.
Según un informe del Foro Humanitario Global del 29 de mayo pasado, el cambio climático causa anualmente la muerte de 300,000 personas y supone un costo económico de US$ 125,000 millones. Además, sus efectos son devastadores: se incrementaron de 800 a 4,200 los casos de desastres naturales de 1997 a la fecha; se elevó el nivel del mar; aumentaron las sequías, descongelamiento de glaciares, incendios de bosques, migraciones y pobreza y asimismo disminuyó el agua para consumo humano y agricultura, entre otros.
En este panorama, en que la aceleración de emisiones en esta década es 3 veces más rápida que en la anterior, ritmo al que el año 2100 el calentamiento podría llegar a 5°C, se espera que en la Cumbre de Copenhague, el Protocolo de Kioto sea reemplazado por un tratado con medidas concretas para disminuir radicalmente las emisiones de gases contaminantes. Caso contrario, las altas temperaturas en la Tierra podrían ocasionar gravísimas consecuencias y afectar seriamente la supervivencia de la especie en el planeta.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 19 de setiembre de 2009
Posteriormente en la Cumbre de Bali, Indonesia, en diciembre de 2007, después de grandes desacuerdos, se suscribió un documento final de 187 países que estipula el inicio de las negociaciones mundiales para reemplazar el Protocolo de Kioto en la próxima cita de Copenhague. A partir de esta Cumbre de Bali, miles de expertos del mundo se han reunido en diversas conferencias en Pekín, Bonn, Estocolmo, Ginebra, y el próximo 22 lo harán en Nueva York. También se reunieron en L’Aquila, Italia, los 16 países que emiten el 80% de los gases del mundo, constituidos por el Grupo G8: EE UU, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Rusia, Japón; el Grupo G5: India, China, Sudáfrica, Brasil, México; además de Indonesia, Australia y Corea del Sur, pero no dieron una señal clara de querer revertir la situación al negarse a suscribir una meta de reducir las emisiones en un 50% hasta 2050. China e India, que aumentan progresiva y peligrosamente sus niveles de emisiones de gases, han acusado al G8 de no cumplir con sus compromisos de ayudas técnicas y tecnológicas para la transición de las potencias emergentes hacia energías limpias.
Según un informe del Foro Humanitario Global del 29 de mayo pasado, el cambio climático causa anualmente la muerte de 300,000 personas y supone un costo económico de US$ 125,000 millones. Además, sus efectos son devastadores: se incrementaron de 800 a 4,200 los casos de desastres naturales de 1997 a la fecha; se elevó el nivel del mar; aumentaron las sequías, descongelamiento de glaciares, incendios de bosques, migraciones y pobreza y asimismo disminuyó el agua para consumo humano y agricultura, entre otros.
En este panorama, en que la aceleración de emisiones en esta década es 3 veces más rápida que en la anterior, ritmo al que el año 2100 el calentamiento podría llegar a 5°C, se espera que en la Cumbre de Copenhague, el Protocolo de Kioto sea reemplazado por un tratado con medidas concretas para disminuir radicalmente las emisiones de gases contaminantes. Caso contrario, las altas temperaturas en la Tierra podrían ocasionar gravísimas consecuencias y afectar seriamente la supervivencia de la especie en el planeta.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 19 de setiembre de 2009