Herbert Mujica Rojas

La inmensa multitud protestante y básicamente obrera, vista ayer en Buenos Aires, Argentina contra el gobierno de Javier Milei, al margen de sus proclamas, reveló unidad, conciencia militante y marchante.

 

protesta huelga contra milei ene 2024

La justicia de las protestas argentinas corresponde definirlas a las masas laborales del país hermano, pero es inobjetable que cientos de miles de ciudadanos se expresaron con mucha fuerza y energía.

Los abigarrados bloques dan cuenta de solidez política y claridad en sus programas. Y es imposible descartar que existan diferentes movimientos, facciones o grupos diversos. Todos sí alineados contra Milei y sus polémicas medidas de ajuste recientes.

Aterricemos en Perú: ¿cuántos grupos políticos tienen capacidad, con bloques unitarios y disciplina en las consignas, de hacer convocatorias multitudinarias en las calles?

El gobierno tiene sobre sí el abominable lastre de más de 60 muertos a balazos desde el 7-12-2022 y nunca ha dado doña Dina y su administración, explicaciones cabales sobre esos hechos de sangre inaceptables.

Las protestas alcanzaron en algún momento fuerza evidente pero no cuajaron lo suficiente en la población. La “disyuntiva” de Lima contra provincias o la toma de la capital, a mi juicio, siempre fueron absurdos de ideólogos fracasados.

Cuando se pretende imponer el cartabón ideológico a rajatable, la chispa es efímera, insuficiente, agónica. Hay que aplicar la realidad a los libros y no a la inversa.

Los mal llamados partidos políticos, clubes electorales con patotas eternas en la dirigencia, sólo negocian por debajo de la mesa ¿qué hay para cada quién y cómo es la suya? La ciudadanía los ve en los miedos de comunicación diariamente.

Cuando hacen sus marchitas, no reúnen a más de 20 ó 30 adherentes y las más de las veces para apoyar a gentuza vinculada íntimamente con la corrupción. Los convocantes gozan de un desprestigio impresionante porque sus trayectorias corresponden a prontuariados por el tráfico de influencias, allegados a contratos con nombre y apellido y así por el estilo.

Apenas hace dos meses el gobierno admitió que vivimos en recesión. ¿Escuchó alguien la condena orgánica y la lista de opciones para que la ciudadanía exprese sus condenas y alternativas?

¡Los clubes electorales, mutis por el foro!

Dos días atrás, por el jalón de mechas a la presidente Boluarte en el sur del país, se destituyó a los altos mandos de la PNP. Ayer el señor Angulo disparó balas gruesas contra su remoción.

En el extremo de los malhechores, nuevos cadáveres abaleados se sumaron a la larga lista que registra los ajustes de cuenta, los lugares de ejecución, las modalidades preferidas (motos lineales, pistoletazos) y no hay un día que no amanezca sin estas noticias sangrientas.

¿No sabe la PNP que es un cuerpo con 40 mil efectivos entrenados y pagados por la ciudadanía, dónde están los facinerosos asesinos que trabajan las 24 horas del día? Esto es inexplicable e inadmisible.

¿No saben ellos mejor que nadie de cómo actúan los delincuentes contra los que debieran combatir en resguardo de la ciudadanía?

¿Cuántas agrupaciones políticas han hecho públicas sus alternativas contra la violencia delincuencial? (Claro que la razzia tendría que comenzar entre sus filas.) ¡Ninguna!

No hay respuesta contra la violencia que imponen ladrones y asesinos. Tampoco contra la expoliación de los recursos no renovables del Perú y que consagran leyes con dedicatoria cuyos fautores están en Plaza Bolívar.

¿Qué leyes atacan el crimen masivo y violento que perpetran los bancos contra sus clientes a los que hacen juicios de embargo, ataque a domicilios en compañía de jueces venales y policías abusivos? ¡Ninguna! ¡El descerraje contra viviendas que no son de los enjuiciados, también son parte del botín!

Con esa desorganización en el timón y la ausencia total de metas y reivindicaciones, es obvio que la ciudadanía prefiera no militar en agrupaciones cuyos líderes son genuinos hampones que gozan del respaldo de los miedos de comunicación.

Traficantes de influencias con leyes ad hoc, mercachifes en los ministerios y en las instituciones del Estado, lo que menos importa es el habitante común que con sus impuestos paga el sueldo de una burocracia profundamente corrupta.

¿Cómo podría una cáfila de lidercitos de pacotilla, convocar a muchedumbres protestantes a las calles, si nadie los quiere o cree en ellos?

He allí la respuesta. ¿Por qué en Argentina SÍ y en Perú NO?

 

25.01.2024

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