Jorge Smith Maguiña
Perú y Francia han sido siempre dos países que se atraen mutuamente. A los peruanos Francia siempre les atrajó como un faro cultural que aunque ya no es el único, mantiene un lugar preferencial. Su espléndida literatura tiene obras de Balzac, Dumas y Hugo que las conocemos desde nuestra infancia. Su exquisita gastronomía, con sus complicadas y variadas salsas son para los peruanos que tenemos también una exquisita y variada gastronomía, en realidad, más un referente teórico que real. En lo cual no tienen rival los franceses es en los quesos y en los vinos y el maridaje de ambos para los que amamos estos últimos, es para degustarlos con una reverencia casi eucarística. Es algo novedoso y placentero por lo demás, que gracias al esfuerzo de muchos viticultores peruanos que el vino se haya ido asentando en nuestras mesas y aunque en forma limitada todavía, le esté robando un espacio a la democrática cerveza.