El destierro: tónico de su fuerza
por Herbert Mujica Rojas
Nunca es más pródigo el flamantísimo capítulo Los libros, mis amigos, que en tiempos como los peruanos que son igual de grises que antes, fertiles en creación nula y enjundiosos en la pinacoteca de ídolos falsos fabricados con greda sucia y agua corrupta. Como recuerda González Prada en Los honorables: