Por José Luis Ayala

Ser docente de primaria o secundaria en el Perú es una vocación esencialmente humanista, pero, al mismo tiempo, significa una acción peligrosa y suicida. Los estudiantes de los centros de formación profesional lo saben. Sin embargo, pocos son los que realmente se forman como maestros por convicción y determinación expresa. La mayoría sabe que sus familias estarán limitadas por los miserables sueldos que recibirán durante treinta años de servicio. Sin embargo, muchos no alcanzarán a tener una pensión de jubilación decorosa, debido a que, de todos modos, el Estado atrapado en el sistema económico neoliberal y deshumanizado dejará de asignarles una mensualidad para que subsistan.

Por Herbert Mujica Rojas*

“Ese es un pendenciero. Sí la supo hacer. A ese no lo agarran. El Poder Judicial es suyo. Nunca”, y términos por el estilo que denotan varias cosas a la vez, en primer lugar que nadie cree en la honradez de AG (Animal Gordo) y que su sola mención se vincula al delito, llámese cohecho o lavado de activos, en la organización criminal que le imputa una fiscalía, que ameritan prisión preventiva de entrada.

En medio del caos creciente del tránsito en la ciudad de Lima, el surgimiento de nuevos problemas urbanos y la profundización de otros existentes (seguridad, contaminación ambiental, falta de equipamiento y servicios urbanos y ausencia grave de espacios públicos); la cuestión urbana, objeto y preocupación de estudio de urbanistas, sociólogos urbanos y otros especialistas cobra creciente importancia como el escenario en el que se desenvuelve una parte muy significativa de nuestra vida nacional. 

Entró sonriendo y se retiró muy molesto de la audiencia judicial en la Base Naval del Callao. Nicolás Lúcar de la Portilla, ex director del desaparecido y controvertido programa La Revista Dominical, admitió ayer ante la Sala Penal Especial Anticorrupción que recibió ayuda del gobierno fujimorista y de Vladimiro Montesinos Torres para tener primicias en sus programas periodísticos.

Por Herbert Mujica Rojas

En diciembre del 2015, entre feriados, sábados, comunicaciones a deshoras y apuros forzados, Cancillería otorgó la buena pro para 400 mil pasaportes electrónicos al consorcio francés Imprimerie Nationale. El asunto fue tan público y escandaloso ¡como lo fuera el sobreprecio de US$ 16 millones de dólares pagados por esta dependencia!

Por Guillermo Olivera Díaz*

Jorge Simoes Barata, otrora mandamás de la corrupta empresa Odebrecht en Lima, ha sido excluido, a petición fiscal y decisión de juez, del proceso penal que se le seguía en Perú, mientras que en Brasil se encuentra gozando de libertad, por haber sido condenado a 20 años de pena suspendida en su ejecución, gracias a la delación premial, beneficio que lo perdería si acaso faltase a la verdad en su próxima declaración corroborante.

Por Eduardo González Viaña

Una noche de enero de 1881, en las tinieblas de Lima derrotada, los caballos chilenos penetraron en la Biblioteca Nacional, profanaron sus salas, devoraron las hojas de sus libros y la convirtieron en un establo maloliente.

Por Herbert Mujica Rojas

La corrupción es tan natural en nuestro país que NO llama la atención. Es parte del fallido ADN social del Perú. Hemos navegado desde antes de la Colonia, pasando por la República, hasta los días presentes, en la ciénaga hedionda de políticos sucios, hombres y mujeres venales, leyes con nombre y apellido, gobiernos claudicantes, racismo a granel y desde muy arriba hacia abajo, en proditora suma: la colección más infame y oprobiosa que pueda graficar la miseria moral de un país.