por Herbert Mujica Rojas Escucho con frecuencia que los ladrones alanistas poseen ingentes recursos y que aquellos estarán a su servicio cuando vuelvan, fuera del gobierno, a mandonear en Alfonso Ugarte (¿alguna vez se fueron?). Y ese “argumento” atemoriza o inhibe a no pocos buenos hombres y mujeres en lo que debiera ser la reconquista de su partido, el movimiento fundado por Haya de la Torre. Sin embargo, la especie desatiende la estructura lógica (si hay lógica en la exacción y la monra de la cosa pública) de cómo actúa y piensa la cacocracia alanista: ¡sólo gasta lo birlado al Estado, el producto de la coima o del óbolo que dan las grandes empresas o bancos y en ningún caso emplea dinero que ya está anclado en sus bolsillos!
Por César Hildebrandt MATICES Es grave lo que la embajadora de los Estados Unidos en lima le dijo el miércoles pasado a Ollanta Humala. Y lo es porque, entre otras cosas, prueba la dependencia que algunos políticos tienen respecto del poder norteamericano. No es que admiren a Faulkner o a Roosevelt: se inclinan ante Wall Street. No aman lo mejor de los Estados Unidos, que son sus disidentes, sus científicos, sus plásticos, sus cineastas, sus escritores o sus astrónomos: lo que los subyuga es el imperio, la bota en el desierto, las lluvias de ruina de sus aviones invencibles.
Mi correo electrónico recibió ayer el texto en inglés de un informe de Alexander Margulies, consejero político de la embajada de Estados Unidos, fechado el 12 de abril de 2006. Jorge del Castillo aparece en el texto, una vez más, como correveidile entre el APRA y la embajada.
Coincidiendo con el natalicio del jefe y fundador del Partido del Pueblo, Víctor Raúl Haya de la Torre (Trujillo, febrero 22 de 1895) a quien uno de sus predilectos discípulos, el destacado líder aprista Carlos Roca Cáceres denominara como “uno de los peruanos más ilustres del siglo XX en el Perú”, es oportuno —en momentos de visible corrupción gubernamental y de evidente deterioro moral en nuestra sociedad— evocar su biografía ciudadana.
La debacle anunciada: entre el continuismo fatal de AGP o el renacimiento del Partido de Haya de la Torre
Por Luis Alberto Salgado T.
Nunca estuvo el APRA oficial más lejos de sus enunciados y propuestas históricas como hoy. Nunca, tantos apristas, viejos, adultos y jóvenes se sintieron tan defraudados y desalentados como ahora. Nunca antes, como ahora, el que fuera el partido político más fuerte, mejor organizado, con una mística de incorruptibilidad ha sido más ignorado, rechazado, y vituperado por amplios sectores populares y clases medias en todo el Perú. Para quien esto escribe, aprista de formación, por tradición familiar y por convicción, reconocer esto es doloroso… pero absolutamente necesario.
En diversos países la conducta degenerada de hombres y mujeres homosexuales pone a la sociedad ante un problema que debe enfrentar de manera clara. En casos en que la persona tiene innatamente inclinaciones homosexuales y ni con la psiquiatría se pueda hallar cómo corregir esta desviación, será necesario hacer entender a estas personas que les corresponde llevar una vida oculta, con respeto a los demás, para evitar reacciones de la gente honorable.
Encuestar con nombres, DNI y dirección es legítimo y valiente
por Guillermo Olivera Díaz* 1. Constituye derecho humano fundamental, de rango constitucional, “mantener reserva sobre (las) convicciones políticas” (Art. 2.°, inciso 18, Constitución Política), en cuya consonancia lógica el voto es “libre” y “secreto” (Art. 31.°) en las elecciones políticas generales, para presidente o congresista; también en las regionales y municipales.
Narcopolítica, guerra sucia y el gobierno de García
Por Juan Sheput
El gobierno del doctor Alan García está empecinado en hacer que Alejandro Toledo pierda las elecciones. Recordando lo que le hizo a Mario Vargas Llosa en las elecciones de 1990, desde el poder García movilizaría a medios de comunicación amigos para empezar una serie de campañas de desprestigio en contra de quien considera su enemigo, Alejandro Toledo. Las campañas no funcionan, no sólo porque son falsas, sino por lo burdo y ruin de las maniobras.
Alan García ha reconocido por fin su vinculación con los Sánchez Paredes, comprometidos en el lavado de activos del narcotráfico. Se trata de un escándalo mayor, que empieza a descorrer el velo de antigua asociación del presidente con el clan narco. El episodio de los cinco mil dólares entregados para la campaña aprista de 2006 ha hecho recordar hazañas como la venta por García de una camioneta Nissan a una empresa de los Sánchez Paredes.
Dijo el presidente Alan García que no importaba de quién eran las obras o iniciativas porque “son parte del Partido del Perú”. Interesante e inclusivo el concepto. Hay que preguntarle entonces ¿también los narcos que donan, los banqueros que apoquinan, los mineros que obsequian, los de una larga, muy larga lista aún ignota y a quienes habría que devolver, uno a uno, sus contribuciones, son parte del Partido del Perú?