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Por César Lévano


Mi correo electrónico recibió ayer el texto en inglés de un informe de Alexander Margulies, consejero político de la embajada de Estados Unidos, fechado el 12 de abril de 2006. Jorge del Castillo aparece en el texto, una vez más, como correveidile entre el APRA y la embajada.

El texto es clasificado como secreto.

Se conocía parte del contenido. En particular, la intención de que los gringos convencieran a Lourdes Flores de que aceptara su derrota en LA PRIMERA vuelta electoral, a fin de que fuera Alan García quien se enfrentara a Ollanta Humala en la segunda vuelta.

El texto completo contiene elementos nuevos. Notable es que, según el consejero político, Del Castillo pidió la ayuda yanqui no sólo para ablandar a la doctora Flores, sino también para establecer con el PPC “una relación activa y/o coparticipación en la venidera administración García” (a working relationship and / or co-participation in the García administration).

Algo más

Del Castillo pidió también la ayuda de la embajada para establecer vínculos entre el APRA y el candidato evangélico Humberto Lay

Ítem más: Del Castillo informó al consejero del virrey (perdón: quise decir “al consejero político”) que el APRA había abierto ya discusiones con José Miguel Morales, presidente de CONFIEP, sobre la necesidad de priorizar la cooperación entre el gobierno aprista y el sector privado respecto a las necesidades en el sector rural. “Estuvimos de acuerdo”, expresa el texto, “en que el fracaso en atender estas necesidades conduciría a que Humala fuera elegido en primera vuelta en 2011”.

Lo notable es la obsesión antihumalista compartida por Del Castillo y el diplomático.

No sabemos si también la serie sobre “El síndrome del perro del hortelano” de García fue consultada con el virrey (perdón: con la embajada). En todo caso, lo que ese escrito propone en sustancia es entregar a empresas privadas tierras de comunidades amazónicas y andinas.

Lo cierto es que el sector rural ha sido olvidado, cuando no agredido, por el régimen aprista. Difícil es afirmar que Humala puede, gracias a eso, ganar en las elecciones próximas.

El jueves último, la actual embajadora de Estados Unidos, Rose M. Likins, “desmintió” una información proveniente del Partido Nacionalista. Afirmó la diplomática que nunca dijo que el presidente Toledo pidiera en 2005 ayuda estadounidense para una campaña contra Humala. Pero el texto de ese partido no decía que Toledo hubiera ido a la embajada para formular tal pedido.

Decía el texto que el entonces presidente Toledo propició que “autoridades del Ministerio del Interior peruano solicitaran a la embajada norteamericana que organizase una campaña de comunicación contra Ollanta Humala con el objetivo de destruir su candidatura”.

La embajada no desmiente, sino que miente.  La Primera, 19.02.2011.