Sucursales de empresas subsidiarias de holding estatal de China azotan a los incautos (o corruptos) que los contrataron e incurren en una serie de barbaridades: no terminan la construcción de carreteras, faltan en requisitos y estafan a empresarios locales en Áncash y Puno.
Xi JInping, chino de risa mientras su gobierno mantiene deficientes normas de control de calidad para sus empresas, tanto las que operan en China como las que exportan bienes y servicios, lo cual perjudica a las empresas chinas que cumplen con estándares aceptables, por la mala fama.