Resuelto el enigma del Triángulo de las Bermudas
Ni extraterrestres, ni anomalías del tiempo, ni pirámides gigantes. Simplemente en esa área, que denominan el “Triángulo”, hay una gran cantidad de gas.
Dos expertos en el fondo marino han descubierto importantes cantidades de hidratos de metano y antiguos sitios donde se han producido erupciones que generan enormes burbujas de metano que crecen geométricamente a medida que ganan altura.
Cualquier nave capturada en estas megaburbuja pierde de forma inmediata todas las condiciones de flotabilidad. La evidencia de este descubrimiento ha sido presentada en un documento de investigación publicado en el American Journal of Physics.
El profesor Joseph Monaghan ha investigado la hipótesis con la estudiante David May, de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia.
El Investigador Ivan T. Sanderson había identificado estas áreas misteriosas durante los años 1960. Sanderson describe la forma real de estas regiones, más como un redondel en lugar de un triángulo. Algunos de los lugares más famosos incluyen un área en el Mar de Japón, el Mar del Norte, y por supuesto, el famoso “Triángulo de las Bermuda (o del diablo)”.
El metano, que normalmente se congeló a una gran presión como los hidratos de gas subterráneos incrustado en las rocas, puede llegar a ser desalojado y se transforma en burbujas de gas en expansión geométrica, que explotan hacia arriba. Cuando estas burbujas alcanzan la superficie del agua y se elevan en el aire, continúa su expansión hacia arriba y hacia el exterior.
Cualquier nave capturada en la megaburbuja de metano pierde de forma inmediata todas las condiciones de flotabilidad y se hunde hasta el fondo del océano. Si las burbujas son lo suficientemente grandes y poseen una densidad suficientemente alta, también pueden halar las aeronaves con poca o ninguna posibilidad de advertirlas previamente. Las aeronaves víctimas de estas burbujas de metano perderán sus motores o quizá encenderse con el metano que les rodea, caen en picado hacia océano, hasta el fondo del mar.
En la mayoría de los casos son pocos o nada los restos encontrados por los investigadores.
Usando lo último en modelos de computadora, Monaghan y May pusieron a prueba su teoría. El programa, basado en los principios científicos de la dinámica de fluidos, reprodujo todas las variables, entre ellas la velocidad de una burbuja gigante de metano, su presión y la densidad del gas y el agua circundante. Los resultados fueron impresionantes.
Demostró que cualquiera que haya experimentado el fenómeno de primera mano es imposible que pudiera sobrevivir. Tomado de Helium. Traducido por Cubadebate
El profesor Joseph Monaghan ha investigado la hipótesis con la estudiante David May, de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia.
El Investigador Ivan T. Sanderson había identificado estas áreas misteriosas durante los años 1960. Sanderson describe la forma real de estas regiones, más como un redondel en lugar de un triángulo. Algunos de los lugares más famosos incluyen un área en el Mar de Japón, el Mar del Norte, y por supuesto, el famoso “Triángulo de las Bermuda (o del diablo)”.
El metano, que normalmente se congeló a una gran presión como los hidratos de gas subterráneos incrustado en las rocas, puede llegar a ser desalojado y se transforma en burbujas de gas en expansión geométrica, que explotan hacia arriba. Cuando estas burbujas alcanzan la superficie del agua y se elevan en el aire, continúa su expansión hacia arriba y hacia el exterior.
Cualquier nave capturada en la megaburbuja de metano pierde de forma inmediata todas las condiciones de flotabilidad y se hunde hasta el fondo del océano. Si las burbujas son lo suficientemente grandes y poseen una densidad suficientemente alta, también pueden halar las aeronaves con poca o ninguna posibilidad de advertirlas previamente. Las aeronaves víctimas de estas burbujas de metano perderán sus motores o quizá encenderse con el metano que les rodea, caen en picado hacia océano, hasta el fondo del mar.
En la mayoría de los casos son pocos o nada los restos encontrados por los investigadores.
Usando lo último en modelos de computadora, Monaghan y May pusieron a prueba su teoría. El programa, basado en los principios científicos de la dinámica de fluidos, reprodujo todas las variables, entre ellas la velocidad de una burbuja gigante de metano, su presión y la densidad del gas y el agua circundante. Los resultados fueron impresionantes.
Demostró que cualquiera que haya experimentado el fenómeno de primera mano es imposible que pudiera sobrevivir. Tomado de Helium. Traducido por Cubadebate